No me hace falta haber pasado la noche de fin de año en España para imaginarme cómo han sido los programas musicales que han amenizado las veladas de millones de españoles después del siempre intenso momento de las campanadas. He pasado décadas viéndolos y pude ver los de Nochebuena, de manera que no necesito más, pues la cosa no ha evolucionado en absoluto y estoy segura de que podríamos emitir los de años pasados sin que muchos se dieran cuenta o, si lo hicieran, les importara en absoluto.
Un rápido vistazo a las entradas en blogs del primer día del año me confirmaban la idea y me hacían recordar uno de los programas de esta Nochebuena que sí tuvo algo de gracia y originalidad, aún siendo también un refrito, me refiero a Tu cara me suena, uno de los formatos más divertidos de la televisión en este momento y que ofrecía una versión remix en la que nos ahorrábamos los a veces extensos comentarios de los miembros del jurado. Pese a no haberme perdido casi ningún programa en sus dos temporadas y media de emisión, me resultó muy entretenido repasar algunas de las actuaciones y volver a sorprenderme con la caracterización y buen hacer de sus protagonistas.
Y es que no todos los programas de refritos han de ser necesariamente malos y la prueba la tenemos en uno de los programas más discretos del año pero de mayor aceptación entre quienes lo han visto al menos una vez. Me refiero a Chachitos de hierro y cromo, un repaso al archivo musical de TVE que La2 emitía cada tarde para regocijo de los amantes de la música y de la televisión bien hecha. Un programa que no era más que un simple refrito de antiguas actuaciones musicales y videoclips encadenados en base a un tema común, en no pocas ocasiones justificado de forma más que imaginativa y que ha hecho las delicias de montones de españoles que hemos recordado nuestra historia musical, tanto aquella que nos fascinaba, como la que nunca fue de nuestro estilo pero que, bien presentada, gusta repasar y rememorar.
Cachitos de hierro y cromo tiene un gran trabajo detrás, uno de selección e hilado que puede pasar desapercibido pero que es en gran parte la base de su éxito, es uno de esos programas que justifican tener una cadena como La2, aunque es una pena que solo haya logrado darse a conocer con el boca-oreja o, si me apuran, a través de medios sociales en los que todos aportamos nuestro punto de frikismo. Así lo descubrí yo, cuando apenas quedaban unas pocas entregas. Un gran programa que demuestra que los refritos musicales no son malos por ser refritos. El año que viene, podían animarse y darle a sus responsables la tarea de montar el programa de fin de año. Yo me apunto ya.
Fan total de Cachitos. Lo estuvimos viendo en Nochevieja frente a los habituales horrores del resto de cadenas, completamente deleznables.