Cuenta Angel Garó en una entrevista a la revista Shangay que no le gustan los programas de talentos porque no sirven para nada. Bueno, él lo dice de una manera más elegante «no les avala nada el futuro» pero al final, lo que viene a decir se resume en una cosa «talentos de usar y tirar, de paso», y no le falta razón.
Cuando nació el boom de los concursos musicales, cuando Operación Triunfo hacía audiencias millonarias y sus concursantes recibian un suculento contrato discográfico, parecía que habíamos encontrado el maná de las campañas promocionales de nuevos talentos. Todo ese dinero que habitualmente hay que gastar para dar a conocer a un cantante estaba hecho, por un medio de comunicación tan potente y masivo como la televisión y sin que las discográficas tuvieran que invertir nada. Bastaba con sumarse al premio final, apostando por lanzar la carrera del ganador y luego ir sumando a tu lista de artistas aquellos que la audiencia fuera marcando como sus claros favoritos. Casi sin mover un dedo.
Años después, con más concursos en nuestro haber que talentos reales en los platós y con la natural voracidad con la que la televisión y sus espectadores crean héroes para abandonarlos después, nos damos cuenta de que nos encontramos ante meros productos de entretenimiento, ante un eslabón más de la cadena con la que se hace un programa de televisión que ha de durar tres meses y tras el cual, ni los fans eran tan fans, ni las productoras y cadenas tan maternales.
¿Es esto un problema? ¿Son las televisiones malvadas por ello? En absoluto, se trata de un negocio en el que todos ganan, uno del que todos participan. Solo hay que tener claro a qué se va, las posibilidades de lanzar una carrera que se tienen con la ventana al mundo exterior que proporciona un canal de máxima audiencia y utilizarlo para seguir trabajando después con una importante base de seguidores en los que apoyar tu negocio, puedes triunfar como cantante de primera línea, puedes acabar en Eurovisión, en el programa de la Campos o con un sólida pero discreta carrera en musicales y otras ramas del sector, pero tendrás que trabajar como cualquiera. El resto son pajaritos en la cabeza y pretender vivir de las rentas y eso hace tiempo que no funciona, si es que alguna vez lo hizo.