Volvía ayer por la noche Andreu Buenafuente a la televisión para hacer un programa nada sorprendente, fiel a lo que siempre hemos visto de él y sus colaboradores y fiel a quienes le siguen allí donde va, seguros de lo que se van a encontrar y sin buscar otra cosa. Tantos años después de verle en los distintos proyectos que ha liderado, está claro qué es Buenafuente, qué sabe hacer y qué es lo que quiere hacer, pues siempre gira en torno a la misma fórmula, una que domina y que se antoja algo gastada, aunque la audiencia demuestre que tiene ganas de ver contenidos específicos para el late-night y confíe en él para proporcionárselos, como sugiere ese dato de audiencia del 14,8% de share logrado ayer.
Veremos cómo funciona hoy el programa una vez descubierto su nuevo-viejo formato y en competencia directa con el estreno del programa de Jordi González en Telecinco y con la propia Antena 3, que emite un especial sobre el hijo de Ortega Cano. Por cierto ¿Casualidad fruto de un momento de actualidad o están apostando las televisiones de nuevo por el late-night?.
Ambas opciones pueden minar los resultados de En el aire, aunque el público objetivo de unos y otro nada tenga que ver y es así como ayer, viendo a Buenafuente dar vueltas sobre las mismas cosas de siempre y haciendo un ejercicio de humorístico análisis televisivo mucho más divertido que el de la tarde con Zapeando, me preguntaba qué pasaría si en lugar de un late-night Andreu pasara a hacer ese mismo programa, pero en la sobremesa.
Puede resultar una locura, podemos pensar que la fórmula está creada e integrada en todas las parrillas dónde existe como un programa nocturno y que nada tiene que hacer en otra franja pero, si insistentemente La Sexta ha buscado rellenar el hueco dejado por Sé lo que hicisteis con humor, análisis de la actualidad, retroalimentación televisiva y caras conocidas, no se me ocurre mejor formato que En el aire, que además incluye entrevistas ligeras, un contenido que triunfaba en la tarde hace décadas y que con el adecuado tono podría volver a funcionar. ¿Cuantos nuevos espectadores que no encuentran un programa entretenido en la sobremesa se animarían a probar? El potencial a esa hora es mayor que en el late night, hay mucho público que nunca se ha quedado a ver la tele más allá de la medianoche que en esta franja sí podría sumarse y todos los contenidos son aptos para el horario. Además, la crítica más repetida al estreno de anoche fue el excesivo parecido del programa con uno de radio, y no solo por lo relativo al plató, sino por la ausencia de elementos visuales que justificaran la presencia de las cámaras… ideal para la modorrilla de la siesta.
Sí, lo sé, me estoy poniendo en plan listilla, a jugar con las piezas de la tele a mi antojo y sin contar con un montón de factores que desde los despachos se ven de una manera completamente diferente a como lo hacemos desde casa pero ¿para qué están los blogs personales si no podemos jugar a directivos de vez en cuando?