Seguro que no y soy yo que me he perdido algún matiz en el camino, pero estoy segura de que alguno de mis avezados lectores va a saber sacarme de mi error y alumbrar una duda que me lleva rondando en la cabeza desde que vi el último episodio de Scandal. Aviso de spoiler a todos aquellos que no estén al día con la serie, pues voy a comentar sobre los hechos puestos sobre la mesa en los dos últimos episodios. Lee bajo tu propia responsabilidad.

La gran duda es muy simple ¿cuantos años se llevan Olivia y Fitz? Hasta el momento yo siempre había pensado que eran más o menos de la misma edad, de hecho era una pregunta que nunca me había planteado, pues ambos me parecían de  la misma quinta y realmente era un dato que no afectaba a la trama. Hasta ahora, cuando se descubre que Fitz podría haber tenido algo que ver con la trágica muerte de la madre de Olivia, que quedó huérfana cuando ella tenía 12 años.

El cabreo/disgusto de Olivia al enterarse de este hecho proviene de la responsabilidad sobre el mismo que tendría el ahora presidente, lo que nos lleva a suponer que este debería tener alguna autoridad sobre la secreta operación que tumbó el vuelo en el que viajaba, junto con otras trescientas personas, la madre de Olivia. Si hacemos unos cálculos someros, menos de 10 años de diferencia no se los quita nadie pero ¿tiene sentido que estos dos se lleven tantos años? ¿Era por aquel entonces Fitz un simple oficial del ejército que debía acatar órdenes o ya era alguien que auténtica responsabilidad sobre sus actos? ¿Cómo llegó a ser un hombre de tanta confianza como para formar parte de la Operación Remington y sus oscuros secretos?

Estoy francamente perdida con este asunto y no me cuadran las cosas. Sé que en muchos casos hemos de dar un salto de fe en este tipo de series locas y seguir a los guionistas allí donde quieran llevarnos, sin hacernos preguntas ni escudriñar demasiado el sentido de las cosas pero, cuando algo no cuadra de forma tan exagerada, como espectadora no puedo evitar preguntarme si han saltado el tiburón, han patinado sin querer o simplemente yo no estoy haciendo bien mis cuentas. ¡Help me!