Cuando vi el primer episodio de Hostages (Rehenes en España) me pareció que las críticas iniciales eran bastante injustas y que, a la espera de ver cómo evolucionaba la historia, el primer episodio era suficientemente interesante como para darle una oportunidad y que podríamos estar ante una buena serie de acción . La historia de esta reputada cirujana que se ve obligada a elegir entre matar al Presidente de los EE.UU. en la mesa de operaciones o ser responsable de la muerte de su familia a manos de unos secuestradores, que a su vez participan de la trama por sus propios problemas personales, algunos realmente graves y dolorosos, era un buen punto de partida.
Una Casa Blanca trufada de traidores, una familia aparentemente feliz en la que todo se desmorona y empiezan a aparecer trapos sucios de todo tipo y un director de orquesta que termina siendo quizá el más honesto de todos los personajes, el que tiene un fin más loable para todas las maldades que está haciendo. Podría ser una buena serie de intriga, pero no lo es. ¿Por qué?
Porque engaña al espectador: dos veces ya nos han hecho creer que uno de los protagonistas muere de un disparo de los secuestradores y dos veces hemos comprobado en la siguiente escena que se trataba solo de una amenaza. Ni es bueno engañar a la audiencia así, ni es convincente para un secuestrador hacerlo y el doble amago se convierte en un desastre, máxime cuando el personaje amenazado es el más pusilánime y prescindible de toda la serie.
Porque los personajes son demasiado previsibles y estereotipados: especialmente los hijos del matrimonio protagonista, la auténtica china en los zapatos de una muy lista protagonista ¡cuánto daño hizo la hija de Jack Bauer a los adolescentes de ficción!
Porque no pasa nada: huir como pollos sin cabeza, eso es lo único que por el momento hemos visto hacer a los miembros de esta familia y a sus captores, que parecen estar tan atrapados en sus circunstancias como la propia doctora, circunstancias que por otra parte no resultan atractivas y nos importan un auténtico pito, sobre todo por lo poco y mal que se desarrollan.
Porque los personajes son absolutamente planos, sin matices, sin contradicciones: tontos, listillas, malotes, calzonazos, amigas majas ¡qué aburrimiento!
Creo que la seguiré viendo porque se descarga sola en el iPlus y no me cuesta nada ponerla de fondo a media tarde mientras hago otras cosas, pero la verdad a veces me pregunto por qué me cuesta tanto abandonar las series que no me aportan nada.
¡Me interesa, me interesa! Ahora mismo voy a cenar viendo el primer episodio. A pesar de las trampas y cartones que dices que tiene, creo que me encantará. Soy así de simple. 😉
Por cierto: gracias por el descubrimiento de Masters of Sex. Me está encantando.