Impresionante el resultado en audiencia del estreno anoche de El tiempo entre costuras en Antena 3. Después de un año metida en un cajón a la espera del momento ideal para estrenarla, todo lo hablado hasta el momento sobre ella, todos los comentarios de gente implicada en su grabación, de gente que había visto avances o el primer episodio completo, han conseguido generar una expectativas que finalmente han dado como resultado más de cinco millones de espectadores y un 25,5% de share, dejando en mínimos a La Voz en Telecinco y la imparable Isabel en TVE.
El riesgo era grande, pues tantas cosas buenas dichas sobre el producto a lo largo de tanto tiempo habían puesto las expectativas de los espectadores en un nivel muy alto y se corría el riesgo de defraudar. No ha sido así, aunque hasta la semana que viene no podremos confirmar la fidelidad de quienes ayer se quedaban pegados al televisor viendo la historia de Sira. Si alguna pega se pudo escuchar, fue la de un ritmo lento, algo que es en efecto cierto y que se ve agravado por la excesiva duración de este primer episodio pero que, desde mi punto de vista, se ve compensado con la belleza de unas imágenes, una música, una puesta en escena y una cuidada producción que convierten a El tiempo entre costuras en un producto, además de muchas otras cosas, bonito de ver, y eso no entiende de ritmos.
Pese al gran éxito que ha sido este estreno, algunas prácticas habituales de las cadenas y otras nuevas introducidas ayer aprovechando la expectación de la serie, me resultan incómodas, incomprensibles y poco adecuadas, prácticas que no comparto y que nunca entenderé cómo pueden conducir a resultados como el conseguido, la principal de ellas, los avances eternos y llenos de spoilers. Lo hacen constantemente antes de emitir series de ficción, un avance extremadamente largo, que aparenta ser el inicio del episodio y que resulta solo una sucesión de algunos de los mejores momentos del mismo, avanzando tramas y dando más que pistas sobre lo que veremos. Tengo por costumbre no prestar atención a estos avances e incluso quitar el volumen del televisor para poder disfrutar de la serie desde cero pero ayer, habiendo visto ya este primer episodio, pude ver el avance completo y sabiendo cómo de importante era lo que allí se mostraba: un spoiler tras otro, desde la primera hasta la última escena. Desde mi punto de vista, incomprensible. Puedo entender que se muestren estos contenidos a lo largo de la semana, pues nuestra mente luego se pone a otras cosas y el recuerdo de lo visto queda más en una sensación que un conocimiento exacto del desenlace de las secuencias. Emitirlo justo antes de que el espectador se adentre en la historia, no lo entiendo.
Tampoco comprendí ayer la iniciativa de cobrar por ver el episodio online en la web de Antena 3, un cambio de costumbres inesperado y no anunciado, que hoy habrá dado al traste con los planes de muchos espectadores interesados en ver la serie pero que, habituales de Isabel, por ejemplo, no contaban con abandonar una historia que han seguido durante meses para apostar por algo nuevo que no saben si les convencerá. Esos espectadores, fieles a Isabel, son clientes a premiar, pues su fidelidad a un producto de la competencia es un tesoro, cuando logren captarlos para sí y su producto y la manera de hacerlo es dándoles la oportunidad de seguir El tiempo entre costuras online, gratis, como ha sido siempre. ¿Y qué pasa con quienes madrugan y tienen por costumbre ver el inicio del episodio y, sin remordimientos, acostarse antes de que acabe para terminar de verlo al día siguiente? Se trataba, está claro, de movilizar a la audiencia a la emisión en directo, pero no deja de ser un cambio unilateral en las «condiciones del contrato» con el espectador que no comparto. Ya lo critiqué en su momento cuando Cosmopolitan lo hizo para We love Tamara, más todavía en este caso.
Y por último, me sorprendió la elección de invitado para El Hormiguero, con la presencia de Pilar Rubio, que no solo no está de actualidad estos días por motivo alguno, personal ni profesional, sino que carece de carisma suficiente para arrastrar una gran audiencia, o eso creía yo. Pese a todo, tuvo un resultado impresionantemente bueno en lo que yo considero un arrastre a la inversa, es decir, no creo que la audiencia del inicio de El tiempo entre costuras fuera buena por el arrastre que dejó la entrevista a Pilar, sino que El Hormiguero se benefició de la expectación generada por la serie para que los espectadores conectaran con la cadena antes de tiempo y se quedaran ya sintonizados para no perderse nada (lo que daría en estos momentos por un gráfico de audiencia minuto a minuto). Pese a todo, es raro que no contaran con María Dueñas, Adriana Ugarte o incluso algún miembro destacado del equipo técnico, que podría haber dado una gran entrevista con anécdotas de la producción, como se demostró después en el entretenidísimo reportaje emitido al finalizar el estreno. Un reportaje que, por cierto, evidenciaba algunos de los motivos que hacen de esta serie diferente, el cuidado con el que estaban seleccionados todos los detalles, tanto referencias históricas como vestuario o decorados y localizaciones, cuestiones que a menudo pasan desapercibidas de forma individual pero que, en conjunto, hacen de la serie un regalo.
Protestas como espectadora que sin duda no compartirán en la cadena, donde hoy debe correr la alegría y el orgullo del trabajo bien hecho. Si algo parece estar claro es que las tornas han cambiado y Antena 3 ha encontrado un sendero claro por el que circular, uno en el que está encontrando grandes resultados que les hacen ser optimistas y valientes ¿Cuándo si no iban a haber estrenado un producto como este, tan valioso, en medio de una noche tan complicada como la de los lunes? La jugada les ha salido de cine y yo me alegro, pues nada mejor que comprobar que los espectadores saben apreciar el trabajo bien hecho y una cuidada producción. Es una excelente noticia para todos.
Hola Chica de la Tele
Yo fui uno de los fieles a Isabel por lo que no puedo comentar nada de la serie pero entiendo perfectamente que el Hormiguero se dedicara a Pilar Rubio ¿Hay algo más aburrido, previsible, monocorde que una promoción justo antes del estreno? No pueden decir más que vaguedades de sus personajes -natural-, siempre dicen que se lo han pasado bien y son todos superamigos, aparte que dentro de dos o tres emisiones los mismos actores/personajes te van a dar mucho más juego y pueden comentar detalles que ya todo el que tiene interés a visto.
Para la cadena, con el trabajo ya hecho, es, como comentas con el avance, mucho mejor no recocinar el plato que ya tiene preparado.
Un saludo.