Que las cadenas de televisión se matan por unos puntitos de share no es un secreto para nadie. Que para ello están dispuestas a guardar en un cajón series que funcionan bien, aunque el tiempo que pase entre temporadas sea ridículo, tampoco es infrecuente. Y que los actores comprometidos con una determinada ficción se encuentren en no pocas ocasiones con problemas de agenda derivados de la necesidad de comer y seguir con su carrera, mientras esperan a que las cadenas saquen a la luz sus trabajos previos, solo uno más de los muchos inconvenientes de trabajar en un sector con estas características.
Y así es como llegamos al arranque de la nueva temporada televisiva en nuestro país y los anuncios de estrenos de las cadenas empiezan a apuntar a curiosas coincidencias, como el hecho de que María Castro pueda protagonizar al mismo tiempo dos ficciones rivales y, para más inri, ambas con visos de estrenarse el mismo día. Hablamos de Vivo Cantando en Antena 3, anunciada ya para la noche del martes, y Tierra de Lobos, con una nueva temporada largamente guardada y que ahora podría ver la luz también en la noche del martes, para regocijo de los fans de la pelirroja que pueden optar por verla caracterizada de época en Telecinco o en un estilo más moderno en Antena 3.
Ante esta circunstancia, algunos se lamentan de la mala suerte de la actriz, que se encuentra haciéndose la competencia a sí misma y, lo que es peor, echando a perder la magia de la televisión al poder zapear entre ambas cadenas en una misma noche con el consiguiente salto temporal que supone verla cambiando de siglo tan solo con un click del mando.
En mi opinión, ningún problema, más allá de la mencionada complicación de agenda que puede suponer el encargo de una nueva temporada de Tierra de Lobos, complicación que más de un actor estaría deseando tener, no solo en los tiempos complicados que corren, sino en cualquier momento de su carrera. Personalmente, no se me ocurre mejor situación que la de tener un papel destacado en dos series en emisión al mismo tiempo y, si me apuran, incluso el hecho de que se emitan el mismo día puede ser beneficioso para María Castro, al asegurarse un 50% de share para ella solita, independientemente de que los espectadores sintonicen mayoritariamente una cadena o su rival. ¡Ya quisieran muchos actores tener esa exposición!
No es la primera vez que profesionales de la televisión se encuentran haciéndose la competencia a sí mismos, las propias productoras sin ir más lejos se han visto en esta circunstancia en varias ocasiones y en su caso es algo más delicado, pues el buen resultado de un producto puede llevar a la cancelación de otro que no logra estar a la altura y conseguir audiencias competitivas. Pese a ello, muchas son las productoras que estarían encantadas de contar con la confianza de las cadenas como para estar en esta situación que, no siendo ideal, significa tener firmados dos encargos. En el caso de un protagonista, no será su interpretación solamente la que de al traste con un proyecto o consiga sacarlo adelante así que María Castro debe o debería estar más que feliz. Yo no veo el problema.
Estoy de acuerdo. Para mí, hasta eleva su caché demostrando que es una actriz solicitada y eficiente.