¿Alguien se acuerda de cuando en Diagonal TV desmontaron los decorados de Isabel? Pues sí, no hace tanto tiempo pero, en aquel entonces, parecía que la serie no pasaría de su primera temporada.
Corrían malos tiempos para TVE, al menos para la gestión de sus dineros y, aunque la cosa no ha mejorado mucho desde entonces, al menos ahora parece que renovaciones y cancelaciones siguen su curso y no se deja todo metido en un cajón, cogiendo polvo a la espera de tiempos mejores.
Es así como hace apenas unos días se confirmaba que los buenos resultados avalan la continuidad de los Reyes Católicos en antena y esos decorados que una vez estuvieron desmontados ahora se levantan firmes y regios para recibir a sus altezas Isabel y Fernando, una temporada más, la tercera.
Bromas aparte, que la serie continúe un año más es una buena noticia para todos, desde los espectadores que disfrutan con su emisión, hasta los responsables de la misma, que ven premiado su buen hacer pero, sobre todo, para la imagen de la cadena, que logra seguir adelante con uno de esos proyectos que se esperan de un canal público, uno que da audiencia, pero también premios y prestigio.
Hacer una producción histórica de estas características no es fácil, especialmente en España. Por muy atractivas que puedan resultar las tramas resultantes de la historia de cualquier familia real, especialmente aquellas que hace siglos dirigían los paises y no eran solo un elemento diplomático, la ficción histórica suele ser difícil de transmitir y genera un rechazo en la audiencia potencial que hace prácticamente imposible plantearse algo así en otra cadena que no sea TVE. Pese a todo, cuando se invierte dinero y se hace un trabajo digno y sólido, estas producciones funcionan, la audiencia las quiere y los resultados traspasan la pantalla.
Isabel es una serie de televisión que cuenta una historia real (nunca mejor dicho) una que, con todos sus adornos y licencias artísticas, transmite lecciones de historia y cultura, es por ello que la segunda temporada viene amparada por el patrocinio cultural, una excepción contemplada en la ley que, sin embargo, no se había utilizado mucho hasta el momento y a la que últimamente se empieza a sacar todo el partido posible. Si bien es cierto que con Masterchef podría surgir alguna duda sobre su condición de elemento transmisor de cultura, con Isabel no hay duda, es una lección de historia en cada episodio, una que a muchos calará más de lo que cualquier profesor le haya enseñado en clase y con esto debería ser suficiente para justificar su financiación.
Por si no llega con el presupuesto de TVE y el patrocinio que alguna marca pueda aportar, no está de más una buena venta de derechos internacionales y aquí parece que Isabel también está encontrando su sitio, pues el canal británico Sky Arts ha comprado los derechos de emisión y podrá verse en Reino Unido junto con otra producción española, Gran Hotel. Ya se comentó hace unos meses que Diagonal TV buscaba en el mercado internacional la posibilidad de compartir los gastos de una eventual tercera temporada por medio de la coproducción y, aunque no nos encontramos en ese caso, cuanto mayor sea la exposición de la serie, más fácil será encontrar compañeros de camino.
Las grandes historias que vemos en la pantalla siempre tienen una gran intrahistoria detrás, la de la financiación de Isabel no lo está siendo menos.
Post originalmente publicado en Generación Young
No me extrañaría nada que de cara a una 3aT con Cristóbal Colón surcando el Atlántico la producción contase con coproducción de algún país de América Latina. Bien por aprobar una 3aT que yo creo que será ya el final de la reina Isabel y se abriría la veda a spin offs varios o a la continuidad de alguna otra forma…