Dicen hoy algunas informaciones que el desgraciado de José Bretón se jacta en la cárcel de la cantidad de dinero que va a ganar a costa de los medios de comunicación dando exclusivas sobre su historia. Aparte de la repugnancia que nos pueda provocar este individuo por la manera en que acabó con la vida de sus hijos y el frío comportamiento que ha tenido durante el juicio en el que ha sido condenado, declaraciones de estas características siguen siendo sorprendentes, pues van un paso más allá en la maldad de un hombre que no parece mostrar pena ni arrepentimiento por sus actos.
Más allá de estas consideraciones personales, una no puede evitar preguntarse qué clase de sociedad hemos creado en la que un asesino despiadado anda pensando, no en los más de veinte años que previsiblemente pasará pudriéndose en la cárcel, sino en los miles de euros que va a ingresar a cuenta del crimen cometido.
Afortunadamente, nada más surgir la noticia, la directora de comunicación de Mediaset, Mirta Drago, salía a decir públicamente que no serían ellos quienes dieran ese paso, atajando inmediatamente la posible polémica que no tardaría en surgir elucubrando en torno a quién habría ofrecido dinero a Bretón por sus declaraciones. Me alegra ver que han tenido la sensibilidad, no solo de no plantearse pagar por ello, sino de salir rápidamente a la palestra desmintiendo cualquier posible implicación en el asunto.
Parece evidente que todo el revuelo montado por el caso La Noria ha dejado huella, una que durará mucho tiempo y que hará que las cadenas de televisión tengan mucho cuidadito con los portadores a los que entregan sus cheques, observados como están por cientos de ojos escrutinadores, dispuestos a dar la voz de alarma tan pronto se cometa otra barbaridad parecida. Mediaset ya se ha descolgado del asunto y no creo que haya ninguna otra cadena dispuesta a dar el primer paso. No se logró una ley que lo prohibiera, pero la fuerza de las personas puede, en ocasiones, ser tan o más fuerte que una ley aprobada por el Parlamento.
Ahora solo queda ver qué pasa con el resto de medios de comunicación, si alguno se decide a dar el paso, si alguno se atreve a ir contra la sensibilidad de la gente de bien, contra la dignidad de una familia que ha sufrido una pérdida violenta a manos de un monstruo sin escrúpulos, un paso que en nombre del interés público o la libertad de expresión, muchos estarán tentados de dar. Si ocurre, deberemos ser tan duros como en su momento lo fuimos con la televisión, porque la gravedad del asunto será exactamente la misma.
«Afortunadamente, nada más surgir la noticia, la directora de comunicación de Mediaset, Mirta Drago, salía a decir públicamente que no serían ellos quienes dieran ese paso, atajando inmediatamente la posible polémica que no tardaría en surgir elucubrando en torno a quién habría ofrecido dinero a Bretón por sus declaraciones.»
No sé lo creen ni ellos. Esperarán unos meses a que la cosa escampe y en cuanto nos descuidemos ya tendremos a los padres, hermanos o cuñados de Bretón paseándose por el plató de Jorge Javier Vázquez, previo paso por caja, claro. Y espera que no consigan una conexión en directo con la ‘joyita’ de hijo que han traído a este mundo desde el locutorio de la cárcel en la que está cumpliendo condena. Vassile ya se debe estar frotando las manos.