Es este momento del año en el que las series habituales desaparecen de la parrilla, y tras dedicar un par de semanas a relajarnos del stress que a veces provoca la cita diaria con tanta intensidad dramática, cuando podemos relajarnos y pensar en darle una oportunidad a nuevas ofertas que, de otro modo, pasarían desapercibidas o simplemente no encontrarían espacio en nuestra apretada parrilla personal. Por mi parte, me permito recomendar tres series, bien distintas, pero que están a la altura del mejor entretenimiento de ficción.
– Dates: serie británica de Channel 4, del creador de Skins, con algunos rostros muy conocidos de la pantalla (Oona Chaplin, Will Mellor) y, sin duda, el gran descubrimiento del inicio del verano. Llamó mi atención cuando Alberto mencionó que podría ser la mejor serie de la temporada, aunque me dio pereza cuando leí que eran historias autoconclusivas sobre citas a ciegas. Nada más lejos de la realidad. Aunque la premisa de Dates es precisamente esa, la de mostrar el desarrollo de distintas citas a ciegas entre los protagonistas, estos son personajes recurrentes en algunas de las entregas y sin duda hay más de una historia que querremos seguir y conocer su avance.
Este quizá sea uno de sus pequeños inconvenientes, pues cada episodio se centra únicamente en una pareja y en ocasiones tenemos que esperar más de lo que querríamos para ver de nuevo a aquellos personajes con los que más nos identificamos, pero ya tenemos disponibles 6 de los 9 episodios de los que consta esta primera temporada y podemos verlos de una sentada sin ningún problema. Nunca las citas a ciegas fueron tan desastrosamente interesantes.
– Top of the lake: otra serie británica, en este caso de la BBC2 en coproducción con Sundance Channel y la cadena australiana UKTV. Dirigida por Jane Campion, protagonizada por Elisabeth Moss y con Holly Hunter en un papel secundario. Una historia policíaca en torno a una joven desaparecida que Moss deberá resolver mientras se enfrenta a sus propios problemas personales y fantasmas del pasado.
Con ciertas reminiscencias de The Killing, por la fuerte relación que se establece entre sus mujeres protagonistas y el caso, y una fotografía y localización que me ha recordado poderosamente a Les Revenants, con esa fuerza de un paisaje agreste y salvaje que en ocasiones puede deslumbrar pero otras resulta inhóspito y claustrofóbico. Siete episodios que pasan como un suspiro y una oportunidad de ver a Elisabeth Moss fuera de su papel como Peggy Olsen.
– Ray Donovan: de esta serie de Showtime tuve noticia gracias a Mariló (no os perdáis su libro Cócteles de series), que se había quedado maravillada con el piloto, aún sin estrenar en ese momento, pero que ya desde esta semana empieza a compartir parrilla con la última temporada de Dexter (hay que buscar sustitutos).
Si os digo que se trata de la versión masculina de Scandal seguramente os dará la risa, pero si sacamos de la ecuación a Shonda Rhimes, colocamos la serie en Showtime y le damos una buena pátina de drama de verdad y poco tiempo para los amores locos e imposibles, nos queda una muy atractiva historia (una que nos dará menos vergüenza reconocer que nos tiene colgados).
El pasado del protagonista, Liev Schreiber, está marcado por abusos, adicciones, suicidios y cárcel, en su presente un par de hermanos regentando un local de boxeo, con todo lo que esto siempre ha implicado y un padre despreciable, interpretado por John Voight, que acaba de salir de la carcel con pocas ganas de hacer amigos. ¿Y a qué se dedica nuestro protagonista con este panorama? A resolver los problemas de los ricos y famosos de Hollywood, como Olivia Pope pero sin modelitos de alta costura: arregla la vida de los demás que la tuya no tiene remedio.
Y hasta aquí la sesión de recomendaciones de la jornada. Como véis twitter es muy útil para muchas cosas, pero sobre todo para que alguien vaya filtrando series por nosotros y nos recomiende cosas que quizá nunca nos planteamos ver. Solo hay que encontrar esas personas con gustos similares a los nuestros.
La verdad es que es ingenioso compararla con Scandal, aunque ni con los cambios se parecen, ni en el tono ni en la forma de resolver los problemas. Por cierto, no es John Litgow sino Jon Voight el padre de Ray Donovan..
Saludos fremen