Hace semanas que Antena 3 había anunciado la producción de una segunda entrega de El número uno, el talent show de cantantes presentado por Paula Vázquez que en su primera entrega pasaba por la cadena con lo que podemos llamar un relativo éxito.

Formato algo quemado ya, personalmente creo que el programa estuvo muy bien: Paula Vázquez estaba muy correcta, entre los concursantes, como siempre, había de todo y el jurado, con importantes nombres de la musica española, dio la talla en su papel de entretener (no tanto quizá en lo de juzgar, aunque eso siempre está sujeto a preferencias personales, tanto de ellos como de los espectadores).

A la espera de confirmación de fechas estábamos cuando, en medio de la retransmisión de la Fórmula 1, Antonio Lobato, convertido en pregonero oficial de la cadena, anunciaba el estreno definitivo de esta segunda entrega del programa para el viernes que viene, extraña elección para un formato que, si bien en esta ocasión será reducido, con tan solo 10 concursantes, sí parece destinado a otro día de la semana, con mayor consumo televisivo y gente más joven frente a la pantalla. Sí agradeceremos que no haya que madrugar en sábado, acostumbrados como estamos a que este tipo de programas se alarguen hasta bien entrada la madrugada.

Una vez anunciada la fecha de emisión, las opiniones sobre la idoneidad de su ubicación en la parrilla han sido muy variopintas, desde aquellos como yo que creen que Antena 3 ha sido valiente enfrentando el programa a un Sálvame Deluxe que sigue siendo líder de audiencia semana tras semana, hasta los que opinan que esto significa tirar la toalla y demostrar que no se confía en absoluto en el programa.

Ciertamente, cualquier programa que se emita un viernes por la noche ha de luchar contra la fuerza de la costumbre y, aunque no son pocos los estrenos que ha tenido en esa misma franja Antena 3 que han dado muy buen resultado, ninguno ha terminado de cuajar. Parece que la audiencia está ansiosa por encontrar otra cosa, pero la competencia no lo encuentra y su obligación es seguir probando.