Mañana de visitas y buena conversación en el plató de The Avatars, un nuevo concepto de coproducción liderada en nuestro país por Boomerang Tv y Portocabo.

A grandes rasgos, The Avatars es una comedia adolescente que cuenta la historia de un grupo de chavales que logran cumplir su sueño de triunfar como banda de música, con una peculiaridad, nadie sabe quienes o cómo son, pues su presentación en sociedad es por medio de unos avatares virtuales y su contrato con la discográfica que les promociona establece que no pueden desvelar su identidad. Así, lejos de tener una legión de fans incondicionales que les persiguen por los pasillos del instituto o las calles de su barrio, los protagonistas son chicos normales que, de alguna manera, solo prueban las mieles del éxito en la intimidad. La historia es mucho más que esto, solo tenéis que imaginar la clásica comedia de instituto, pero es esta peculiaridad lo que marca el toque diferente de la serie y lo que algunos en el equipo consideran el secreto de un éxito que aún está por venir. Aparte de los típicos enredos de instituto, los amores adolescentes y las risas, una importante parte de la historia sucede en internet o por medio de las distintas aplicaciones y herramientas que los jóvenes utilizan en su día a día, algo que puede ser un elemento más de diferenciación con otras series de su estilo.

Historias más o menos originales aparte, lo más llamativo de este proyecto es que se trata de una coproducción muy distinta a lo que estamos acostumbrados a entender como tal: la idea creativa, nacida de Fly Distrubuzione, un equipo italiano, encontró su media naranja en una tarde de Mipcom cuando conocieron a parte del equipo técnico de la gallega Portocabo, entre ellos el director Alfonso Blanco, quién rápidamente se puso manos a la obra para sacarlo adelante al más puro estilo norteamericano. Conscientes de las dificultades de vender un producto a varios países sin que los localismos propios de aquel en que se rueda dificultaran la venta, se decidió ambientar la acción en el Upper East Side de Nueva York y además grabar en inglés de EE.UU. haciendo así más sencilla la identificación de cualquier espectador con los protagonistas, pues gracias al éxito de los distintos productos norteamericanos en todas partes del mundo, cada uno de nosotros lleva un americanito dentro, aunque nunca haya pisado aquel país o hable siquiera una palabra de inglés.

Para dotar al producto de todas las características esenciales de una serie norteamericana, se hizo un casting de los cinco principales protagonistas en la ciudad de Nueva York (esta vez sí, la auténtica) de la mano de Eva Leira y Yolanda Serrano, las responsables de casting de Lo Imposible. Además, el resto de los actores son también americanos, aunque en este caso sean residentes en España y solo en el final de la primera temporada y de cara a ser un personaje regular en la segunda, encontraremos a una española, Lucía Gil, ídolo de masas en España y parte del extranjero hispanohablante, con casi cien mil seguidores en twitter y unas cifras de escándalo en su canal de YouTube, adorable chica Disney con los pies bastante en la tierra para tener apenas 15 años (que no cumple hasta la semana que viene) y que podría ser nuestra Miley Cyrus (nunca me han gustado este tipo de comparaciones, pero ella misma afirma que es su modelo a seguir, al menos en su trayectoria hasta cumplir esos mismos años). He de reconocer que la edad es un factor importante para estas cosas y yo solo la conocía de su papel en Gran Reserva como Claudia, la nieta de los Cortazar que fallece en la primera temporada.

La apuesta por The Avatars es clara: en un momento en el que la producción de ficción en España está tristemente parada, donde la audiencia no responde y la crisis publicitaria cada vez reduce más los presupuestos que permitan sacar adelante un significativo número de apuestas cada año, es hora de salir fuera y traer las producciones extranjeras a casa. España es un país muy competitivo en este sentido, pues los equipos técnicos están muy cualificados y son muy profesionales, existen grandes y buenos platós y los precios son mucho mejores que en otros países donde la calidad del personal sea equiparable. Es hora de darse a conocer y explorar nuevas líneas de negocio porque hay mucho talento suelto.