Intento tener un blog serio. En ocasiones, me gustaría dedicarme únicamente a comentar series de HBO, recuperar referencias del cine clásico para apoyar algunas de mis opiniones y estar siempre a la última con los proyectos de los mejores showrunners americanos, los principales creadores británicos o incluso los daneses, alemanes o franceses.
Pero no, a mí no solo me gusta el arte, ni solo la Television de calidad. No solo me gusta esa televisión, es más, en ocasiones los que se consideran grandes referentes de la televisión de nuestros tiempos no son las series que más me gusta seguir y apenas estoy al día del desarrollo de su primer episodio, su primera temporada, si es corta, y las noticias más relevantes en torno a su audiencia y evolución. Lo siento por Juego de Tronos o The Walking Dead , pero yo prefiero Scandal, Parenthood o Glee. Tranquilos, también necesito mi buena dosis de Homeland o Mad Men y estoy al día con Girls y The Americans, aunque no logre conectar con ninguna de las dos.
No me avergüenzo, porque a mí lo que me gusta es la televisión, en toda su extensión: la capacidad de hacer series grandes y potentes, de una calidad excepcional, contar historias que nos dejen boquiabiertos, con una precisión de cirujano, pero también me gusta la tele de andar por casa, la que se hace con un presupuesto diminuto, la que puede parecer una simpleza absoluta, pero logra dejarme enganchada como una tonta a la pantalla.
Por eso, disfruto viendo The Newsroom o The Good Wife, descubriendo series francesas como Les Revenants; por eso me quedo boquiabierta después de cada entrega de Black Mirror, pero también puedo pasarme una tarde entera entretenida con Love it or list it, Acuarios XXL o trasnochar mientras veo las broncas de Punto Pelota o caer en los trucos del debate de Gran Hermano cuando ni siquiera soy seguidora habitual del programa de los lunes porque me encanta Gran Reserva.
La tele tiene mucho de cuento, tanto en su sentido de contar historias, como en el de transformar la realidad para hacerla entretenida, manipulando a conveniencia las tramas y los personajes hasta conseguir que queramos verla a todas horas. No sé si estoy bien de la cabeza o si simplemente no tengo criterio pero a mí ¡me gusta la televisión!
El primer párrafo de este post iba a destinado a justificar por qué iba a dedicar una entrada a las bragas de la Esteban y su relación con el próximo desnudo de la Hormigos en Interviu, pero al final me ha salido esta oda más bien seriéfila. Definitivamente, tengo algún tornillo suelto.
No eres la única a mí también me Encanta la TELE! Desde pequeña que empecé con los dibujos, luego con las series y programas hasta ahora que la tele tiene una nueva dimensión con la red. En mi mundo ideal las cadenas de televisión de todos los países emitirían no solo para su país si no para todo el mundo y a golpe de mando se podrían ver todos los canales que quisiésemos.
A mí si que me mola Juego de Tronos, Mad Men y The Good Wife pero también me encantan Cuéntame y Gran Hotel y también soy muy de telenovela de sobremesa. No sé qué tienen pero son droga tanto las patrias como las latinoamericanas que pones una 5 minutos y cuando te quieres dar cuenta ha terminado el capítulo y quieres más xD!
Y programas como el Juego de la Oca que me hacían acostarme a las mil, o como Lo + Plus que me garantizaba risas y buenas entrevistas con gente la mar de interesante o las tertulias de Versión Española y los reportajes de Informe Semanal por decir algunos.
Bien usada la televisión es maravillosa, mal utilizada puede resultar penosa.