Hale, rehago todo el primer párrafo del post porque se ve que mi neurona mi ha traicionado y esta mezclando dos cosas.
El año pasado ya ocurrió lo mismo: la final de la Copa del Rey coincidía con el Festival de Eurovisión y hubo que cambiarla al viernes. Este año la cosa pintaba igual de mal y una vez más los horarios de ambos eventos coincidían, haciendo imposible la emisión de ambas competiciones en TVE, que es quién tiene los derechos de la final de la Copa del Rey de fútbol y, por supuesto, el compromiso contraído de emitir el Festival de Eurovisión. Finalmente, la Federación se ha adaptado a la surrealista situación y ha movido el partido al viernes noche.
¿Por que digo que la situación es surrealista? Porque no concibo que se llegue a esta situación por culpa de un evento como el Festival de Eurovisión, que no interesa mínimamente, que no es una competición de relevancia, que no genera dinero más que a los hoteleros de la ciudad en la que tiene lugar (fuera de España, of course) y que, lejos de ser un festival de la canción, no es más que un amaño entre países amiguitos para repartirse los votos.
Frente a ello, una competición que, menos mal que este año enfrentaba a dos equipos de Madrid y tendrá lugar en la propia capital, de no ser así, el negocio que habría dejado de generar sería mucho más sangrante y, aún así, mover la final de la Copa del Rey a un viernes hará que muchos bares y restaurantes vean reducida sustancialmente la facturación que habrían hecho un sábado cualquiera. Todo por mantener el acuerdo contraído con Eurovisión para emitir el Festival de la canción más denostado de los últimos 20 años. Desde mi punto de vista inconcebible.
Alguna norma debería haber en la compra de derechos de las competiciones deportivas que diga que, si la cadena que tiene esos derechos no puede emitir el evento en cuestión, ha de cederla a un tercero. No me cabe duda que Mediaset, sin ir más lejos, habría estado feliz y contenta de comprar los derechos de la final y emitirla el sábado, sin preocuparles lo más mínimo la «férrea» competencia que la pública haría con su festivalito de cantantes. Pero no, acaparamos derechos en nuestra cadena pública que luego confluyen en el tiempo y obligamos a todo el mundo a adaptarse cuando en realidad hace tiempo que tendríamos que habernos retirado de ese concurso.
Gastar frente a ingresar. Acuerdos que solo interesan a las partes frente al interés general. Así no va.
Creo que confundes cosas. El año pasado la final ya fue el viernes antes de Eurovisión, no el mismo día. Y no fue Barça-Madrid sino Barça-Ath. Bilbao.