Esta frase, tan escuchada en las películas cuando las cosas no van del todo bien en una pareja, es lo que imagino escuchará dentro de no mucho tiempo alguien en TVE a cuenta del programa del mismo nombre que desde este mismo lunes a las 18:30 presenta Ana García Lozano. En un intento por reflotar la audiencia de las tardes, que no remontan desde la desaparición de Amar en tiempos revueltos, y tras los malos resultados que está dando el magazine +Gente que presenta Anne Igartiburu, en la cadena pública apuestan por un formato que fue un gran éxito hace ya unos años, pero que ahora se muestra anticuado y falto de interés, el del talk show.
Ya cuando se anunció el proyecto, no fueron pocos los que anticiparon que no funcionaría, precisamente por ese aire antiguo que tienen a estas alturas los programas de testimonios, pero no parece que piensen lo mismo en TVE, quizá teniendo en cuenta lo poco costoso de un formato de estas características, en el que gente mayoritariamente anónima acude de forma desinteresada a plató a contar sus experiencias personales alrededor del tema del día. Al tratarse además de una cadena pública, se dejan fuera temas morbosos, reclamaciones de paternidad con test de ADN incluido, invitados con ganas de llamar la atención y gente sin escrúpulos dispuesta a inventarse cualquier cosa por su minuto de gloria en la tele. Al final, el programa no deja de ser como un rato en el bar escuchando las conversaciones de los que ocupan la mesa de al lado, una práctica reservada a un tipo de público muy particular que además el primer día se encontraba con una temática muy concreta, la de personas que han cumplido sus sueños pasados los cincuenta años, un tema tan edificante como reducido en su target. ¡Por si TVE no fuera suficientemente viejuna ya!
El programa está presentado por Ana García Lozano, periodista muy reconocida, buena trabajadora, con gran soltura frente a micrófonos y cámaras. Junto a ella, cada día dos expertos en la temática a tratar exponen su visión de las cosas y apoyan o contradicen a los invitados, aportando su opinión profesional a las opiniones más personales de quienes solo están allí para contar su historia. Todo ello en un plató con público y con una escenografía en tonos blancos y naranjas que tampoco destaca por su modernidad. Analizando el conjunto, realmente parece que nos enfrentemos a un programa hecho con presupuesto de crisis en todos sus aspectos.
La audiencia de sus primeros dos días no ha llegado al 5% y no es de extrañar, tanto por los datos que heredaba de semanas anteriores, como por el propio interés que puedan generar sus historias. Tras ellos, una Anne Igartiburu atropellada en un programa que ha visto drásticamente reducida su duración, que el martes además traía el fútbol a continuación y que, dicen los rumores, podría enfrentarse a sus últimas horas frente al programa en favor de una renacida Carolina Ferre. Cambios de duraciones y caras que no terminan de solucionar el verdadero problema de TVE, la falta de presupuesto y la imagen anticuada que da en todos sus nuevos proyectos. O cambian esto o estarán abocados al más triste de los fracasos.
Post originalmente publicado en Generación Young.