Tal como están las cosas en EE.UU. con el tema de las armas, la violencia y los tiroteos, parece que una serie como The Following llega en el momento más inapropiado. La historia de un asesino en serie que no solo mata cuando está en la calle, sino que lo hace además cuando está encarcelado, por medio de una legión de seguidores dispuestos a copiar sus métodos y seguir sus indicaciones, puede despertar una gran polémica. Si además se emite en un canal como Fox, abiertamente pro-republicano y, por extensión, pro-armas, la cosa puede tener una doble lectura, más allá de la mera creación de una serie de televisión sobre asesinos en serie.
Al margen de estas cuestiones extra-televisivas, la serie llega cargada de expectación, como la más esperada de la mid-season, no solo por la temática, también por su protagonista, un Kevin Bacon al que siempre ubicamos en el cine y que, como tantos otros, no ha tenido reparo en protagonizar un producto para la televisión. En su papel de policía retirado, enfermo y algo traumatizado, Bacon ofrece una interpretación contenida que nos deja la sensación de caja de Pandora de la que han de salir numerosos males. Pese a su frialdad exterior, el primer episodio deja notas de que algo bulle dentro de la cabeza de este policía y lo que ocurre en esta entrega no hará sino exaltarlo aún más, convirtiéndolo en una persona herida para siempre, en su orgullo y en su corazón. Más familiarizado con la televisión está su némesis, James Purefoy, en el papel de asesino en serie despiadado, inteligente y manipulador, que sabrá mover los hilos de la historia y las debilidades de los personajes a los que mejor conoce para su propio beneficio y para jugar con ellos como todo buen psicópata.
El piloto de The Following es como una clásica película de asesinos en serie, solo que reducida a 42 minutos, lo que podría añadir mucho ritmo a la historia y, sin embargo, a mí me da más la impresión de precipitación. Esa construcción de la tensión que puede hacerse en hora y media largas, aquí se vuelve imposible y todo sucede tan rápido que se vuelve inverosímil. Pese a todo, llama la atención lo suficiente como para permanecer mirando fijamente el televisor y sobresaltarse con lo que puede ser una de las principales virtudes de este episodio, las impresiones fuertes y los sustos, que llegan en numerosas ocasiones y muy bien presentados. Junto a ello, la crueldad de algunas de sus escenas, la presencia de una elegante Natalie Zea y las constantes referencias a la obra de Edgar Alan Poe, ingredientes que conforman un muy atractivo piloto que no dejará indiferente al espectador, como no lo hacía su promo, en circulación desde hace ya unos meses.
The Following se estrenó el lunes en EE.UU. y llegará a España a partir del próximo martes en TNT.
Me ha gustado bastante, y aunque es un poco precipitado (podrían haber hecho un piloto largo o doble) se puede tomar como una licencia de lo que se conocen los dos rivales…
Una apostilla un poco quisquillosa… James Purefoy no es el alter ego de Kevin Bacon