¿Cuantas veces os ha pasado eso de ver una promo de una serie y saber de antemano si os iba a gustar o no? A mí ya unas cuantas y, aun siendo muy criticada por ello, por injusta, no lo puedo evitar y no fallo tantas veces. Por eso Familia no me ha sorprendido, porque viendo las promos de estos días era fácil intuir a qué nos enfrentábamos y además, en este caso, ha terminado siendo aún mejor de lo que esperaba.
Frente a ella, Fenónemos en Antena 3, otro ejemplo claro de promos que hacen justicia al producto, un despropósito que pude soportar con dificultad en su primera entrega y que va camino de completar la primera temporada. Con Familia enfrente y antes de ver los números finales de la audiencia, me aventuro a afirmar que será el remate.
Pero entremos en materia, en lo que realmente es Familia, lo que ofrece al espectador. Antes que nada, creo que la palabra adecuada es solvencia. La mayor parte del peso del guión recae sobre una Alexandra Jiménez que parece el talismán de Telecinco. Sus papeles en Los Serrano y La pecera de Eva han dejado huella en la cadena y los espectadores y es capaz de haber pasado de adolescente de instituto a madre soltera sin despeinarse, sin chirríar apenas, convirtiéndose en casi la nuera perfecta: madura, responsable, con un puntito de locura que la hace adorable.
Junto a ella, el resto de su familia, con unas interpretaciones bastante acertadas, desde Juana Acosta, por quién tengo debilidad desde su participación en Crematorio, a Santiago Ramos, el inmaduro patriarca de la familia, que se completa con una menos conocida Nausica Bonnin en el papel de la hermana pequeña y Mabel Rivera, la madre del clan que es, en mi opinión, la más floja de todo el elenco protagonista. Pese a todo, el conjunto funciona bastante bien y de la cantidad de veces que parece ser hubo de rehacerse el arranque del proyecto no creo que las interpretaciones fueran el problema. Cuando un proyecto tiene estos problemas al principio, parece difícil que luego arranque pero, al menos en esta primera entrega, creo que el resultado es más que decente.
He de reconocer que el principio del episodio me dio un pequeño susto: esa calle de barrio de cartón piedra, tan impersonal, tan deslocalizada, con un aire a Santa Justa innecesario, que hacía recordar demasiado a Los Serrano, parecía un error, pero al final se ha quedado en mera anécdota y no son pocas las escenas que están rodadas en exteriores, así como las referencias a edificios y calles reales de Madrid. Mucho mejor así.
Familia es eso que desde hace más de una década ya conocemos en España como dramedia, una mezcla de risas y llantos propia de la vida real en la que nada es trágico del todo, pero tampoco encontramos risas enlatadas ni gags constantes. Es también una serie de distintas generaciones, en la que el público puede elegir identificarse con los padres maduros, los hijos en edad de casarse y ser padres también o los más jóvenes y sus primeras aventuras al margen de sus progenitores. Mucho más parecida a Médico de Familia que a Los Serrano, y me atrevo a decir que está, salvando algunas evidentes distancias, en la órbita de Parenthood o Cinco Hermanos, con más drama o situaciones menos cómicas que en otros tiempos. Historias familiares, de gente normal, de familias unidas que se pelean y se quieren, que se odian y se ayudan, que no saben vivir juntos pero mucho menos separados. No hacía falta buscarle un título moderno y atractivo, el que tiene la define tal cual es.
Dos cosas más a destacar de este primer episodio, cosas que podrían funcionar bien si se les da la justa medida o muy mal si desaparecen o se exageran. De un lado, ese trabajo de abogada que asesora a un político que tiene Carlota, la protagonista. En un país donde la clase política brilla por su ausencia en las series de televisión (debe ser el único sitio en el que brilla), que uno de los personajes, por secundario que sea, resulte ser un concejal o similar es una buena oportunidad de introducir problemas reales en las tramas y críticas a un comportamiento constantemente cuestionado. Aunque no se trate de hacer una serie de política ¿por qué no aprovechar la oportunidad para dejar caer píldoras de realidad de vez en cuando? No creo que vayan por ahí los tiros, ni siquiera se si volverá a salir el personaje pero ¿a qué estaría bien?
Por otra parte, el exceso de machaque a Carlota por parte de su familia es eso, excesivo. Está bien que sea ella el sustento moral de la familia, que siempre se recurra a su consejo para solucionar los problemas o simplemente consultar las posibilidades. Está bien que la pobre no pueda salir adelante en su vida porque los lazos familiares la atan, especialmente por el egoismo ciego de sus padres, hermanas y cuñados, pero todo tiene un límite y podemos pasar de apenarnos por ella a sentirnos incómodos. A mí me ha pasado hacia el final del episodio. Cuidado con pasarse, que la empatía puede convertirse en rechazo. Necesitamos querer a más de un personaje, no solo a la protagonista.
Muchas cosas pendientes, mucho por evolucionar, pero en un primer episodio hay que darlo todo y creo que Familia ha dejado el listón suficientemente alto. Conmigo pueden contar la próxima semana.
ACTUALIZACIÓN: Como cabía esperar, el estreno ha sido un éxito, con un 16,1% de audiencia, frente al escaso 10% de Fenómenos.
Post originalmente publicado en Generación Young.
Nausicaa Bonnin es conocida en Cataluña por su papel de Sandra en ‘El cor de la ciutat’. Me sorprendió verla en este registro medio serranil medio Médico de familia porque, dejando a un lado ‘El cor’, estaba acostumbrada a verla en proyectos de otro corte menos generalista (hace un breve aunque buen papel en Elisa K). A mí no me digustó la serie. Por las promos (que llegué a ODIAR) pensaba que sería otra cosa, pero estuvo bien. Alejandra y Juana me gustan muchísimo como atrices y se desenvuelven bien en cualquier papel. Nausicaa también es muy buena actriz (pero ayer me costó acostumbrarme a su nuevo registro). En cuanto a ‘Fenómenos’… por dios, mira que me cae simpática Kira Miró, pero… ¿nadie le ha dicho lo mala actriz que es?