Llevo varias semanas queriendo escribir sobre el nuevo magazine de TVE presentado por Anne Igartiburu y la verdad es que no termino de encontrar la inspiración, ni tampoco el tono. Es más, no creo que esta vaya a ser una entrada demasiado larga porque apenas tengo dos cosas muy simples que decir del programa, pero creo que si no las digo, reviento, así que allá vamos.
La polémica con la que empezó el programa, con el rifirafe entre Mariló Montero y la presunta oxidación de Anne fue realmente graciosa. En un arranque de aparente maldad innecesaria, pero al mismo tiempo evidencia constatable tras años detrás de un prompter, la pregunta de la presentadora del programa matinal de TVE a su compañera nos dejaba a todos preguntándonos ¿Qué ha pasado entre estas dos que no sabemos? Y posiblemente no haya sido nada y la pregunta de Mariló fuera natural y solo fruto de su personalidad algo brusca y la confianza que da encontrarse con Anne por los pasillos cada día, pero lo cierto es que sonó a cuchillo bien afiladito y nos dio mucho más entretenimiento del que han dado todas las horas de programa que se han emitido después.
Porque una vez pasado el momento gatas, Más Gente ha resultado ser un programa aburrido, sin ritmo, soso, con unos colaboradores que van de modernos pero resultan en ocasiones ridículos, con otros relamidos y estirados y algunos que parecen estar en el salón de su casa jugando a salir en la tele, con un aire general de programa rescatado de la parte de atrás de la videoteca de la cadena que no resiste un visionado completo.
Estoy segura de que hay programas de estas características en las prácticas de alumnos de comunicación audiovisual y periodismo que no difieren demasiado de lo que ahora vemos en TVE cada tarde, incluso habrá cosas mejores. Lo peor de todo: el discurso pelota, especialmente de Anne, hacia todos los famosos que salen en sus fiestas, sus presentaciones, sus galitas benéficas y ñoñerías varias. Esa especie de culto al personaje popular tan de antes, en boca de la presentadora de Más Gente se convierte en un exceso que deja la lectura del Hola a la altura de las peores críticas de Aquí hay tomate. Y en los tiempos que corren, ni una cosa ni la otra.
Creo que tantos años de lectura de los empalagosos guiones de Corazón, Corazón han dejado a Anne Igartiburu algo tocada, en una especie de síndrome de Estocolmo que hace que no sepa hablar con naturalidad de estos personajes que, como todo el mundo, están llenos de imperfecciones y deben ser tratados con naturalidad, no como seres celestiales que la divina providencia ha puesto en nuestro camino para ser adorados y adornados.
Más Gente confunde la elegancia con el peloteo y al final el programa se convierte en una sola cosa: un auténtico y soberano plomazo que no resistiría en ninguna otra cadena. No me gusta ser tan destroyer con los profesionales y los productos que hacen pero es una pena que pudiendo hacer cosas de calidad acabemos teniendo esto.
La verdad es que Televisión Española necesita ser renovada de arriba a bajo, cansa, y es aburrida, (se salvan cuatro cosillas) pero ya vemos lo que hacen, sustituir los de primera línea por los de segunda, y algún retoque cosmético en la línea editorial de la cadena. Y punto.
Sabemos que no hay un céntimo, pero joer que se trata de televisión, y no es posible que con el nivel tecnológico que hay en esa casa, y con la cantidad de gente que hay ahí contratada, sean incapaces de renovarla y hacerla más dinámica, y menos casposa.
Si algo he aprendido en mis años de profesión es que las posibilidades del medio, «de la tele», son infinitas, y en ocasiones solo basta con tener un guion que enamore una voz sugerente y un ritual de imágenes bien montadas, que pueden ser perfectamente de archivo.
Falta creatividad, imaginación, ganas de hacer…