Cuando me enteré de que esta temporada se estrenaba una serie en ABC con la temática de la música country de fondo, enseguida me interesé por ella, porque este tipo de música me gusta y porque las protagonistas me llamaban la atención: Connie Britton, totalmente recuperada de sus fantasmas en American Horror Story y Hayden Pannetiere, a la que no he vuelto a ver desde su paso como animadora en Heroes. No parecía que fuera a ser una serie muy exportable, precisamente por estar centrada en un género musical que difícilmente traspasa fronteras pero, una vez estrenada y si no le dan demasiados minutos a las canciones, creo que podría llegar a funcionar en cualquier sitio.
La historia es muy simple y muy real: una cantante de éxito que lo ha sido todo en el mundo del country ve como su popularidad empieza a decrecer a la misma velocidad que una joven promesa empieza a vender todos los discos y entradas a conciertos que ella no logra colocar. Hasta aquí, todo muy corriente. Si a estos ingredientes añadimos que la estrella en decadencia es una mujer luchadora, respetuosa con sus compañeros y de infancia difícil y la recién llegada una auténtica ‘bitch’, el novelón está servido. Pero, por si esto fuera poco, añadimos unas gotas de política, un montón de billetes, ricachones y aspirantes a poderosos, todos ellos con muy pocos escrúpulos y el ADN ABC rezuma por los cuatro costados. Para ponerle un buen lazo: amor verdadero, sexo, infidelidades e hijos ilegítimos ¿quién da más?
En lo técnico-artístico, la serie también funciona: escenarios de lujo muy del estilo de ABC, los que vemos en Revenge o en 666 Park Avenue, que por cierto no parece estar funcionando demasiado bien, modelitos de alta costura y melenazas, en contraposición con otros personajes secundarios más modestos y con los que nos identificamos mucho más fácilmente. La interpretación de Connie Britton excelente y la de Hayden Panettiere a mí personalmente no me gusta nada, pero como su labor en la serie es la de no caerme bien, la cosa ayuda bastante. Tremendamente artificial y estirada, llega un momento en que no termino de saber si es mala actriz o está interpretando un personaje que es mala persona y disimula muy mal. Podría ser un defecto pero, al final, termina por convertirse en un elemento más de la necesaria desafección por un protagonista.
Que nadie espere un gran argumento ni una serie de categoría excepcional, que para eso esta una Homeland que ha vuelto con una fuerza tremenda, pero, si pensáis que grandes culebrones como Dinastía, Falcon Crest o Dallas (la antigua), Nashville es un producto a seguir.
En realidad el género country sí que se exporta bastante, sobre todo entre el panorama indie No soy un experto ni de lejos, pero hay varios estilos y algunos grupos europeos los han utilizado. Te recomiendo que escuches Razzle Dazzle Rose, de Camera Obscura -difícil hacerlo sin echar una lagrimilla- o a los maravillosos Klaus & Kinski, con «Flashback al revés» o «Autovía de Albacete» para que veas cómo este género ha calado hondo por este lado del océano y se ha mezclado con otros ritmos y estilos.
En cuanto a la serie… psé. Estos novelones me aburren un poco.