El principal problema de Frágiles es su falta de claridad, la edición de las historias, que despista al espectador con sus saltos temporales dentro de un mismo tiempo y la ausencia de claridad sobre qué personajes serán episódicos o fijos y es una pena porque la serie no pinta del todo mal y tiene un par de sorpresas y momentos de especial tensión que le dan mayor solvencia de la que aparentemente podría tener.
Muy del estilo de La Pecera de Eva, con un personaje protagonista único llevando el peso de la narración, como eje de todo lo que sucede y diferentes historias satélite a su alrededor con caras muy conocidas de la ficción nacional, Frágiles deja a un lado el realismo de las historias médicas para centrarse en las historias personales de los personajes. Como ocurre siempre en estos casos, la crítica desde los colectivos reflejados en la historia no se hizo esperar y las redes se llenaron de fisioterapeutas y estudiantes de la especialidad criticando hasta el más míninmo aspecto de las intervenciones del personaje de Santi Millán, quién ya era muy consciente de que esto podía pasar y avisaba desde su cuenta en twitter minutos antes del comienzo de la emisión.
Sin ser un especialista en la materia era fácil reconocer en la historia estrictamente médica muchas prácticas que no encajan, desde la prescripción de medicamentos o cambios en la dosis hasta la llamada de teléfono a un colega para consultar detalles de la historia clínica de un paciente. La pregunta no es si estos detalles se ajustan a la realidad, sino si existe una mejor manera de hacerlo, si está justificado el «error» en beneficio de la historia o si, por el contrario, es innecesario y va en detrimento de la credibilidad del conjunto. En mi opinión, podría hacerse mejor pero, como siempre digo, esto es ficción y, si bien es más fácil ser permisivo con la falta de realismo en series como Fringe o Lost, estoy seguro de que una mirada igualmente crítica a, por ejemplo, Private Practice, arrojaría más de un gazapo de parecidas dimensiones.
Pese a ello, la serie parece querer ilustrar sobre muchas enfermedades poco comunes, desde el síndrome de Münchhausen al Asperger, pasando por los huesos de cristal y algún otro ejemplo que seguramente veremos. Esto, tan común en series norteamericanas en los últimos tiempos, no parece haber tenido mucha cabida entre nuestros guionistas y a veces no me extraña, con la facilidad que tenemos para criticar todo lo que nos resulta ajeno y complicado y que convierte, un intento de normalizar ciertas situaciones o problemas de salud en una pesadilla de corrección política forzada que termina por quitar las ganas de meterse en problemas.
Una vez estrenada la serie, por cierto, con casi media hora de retraso sobre su horario inicial por culpa del partido de baloncesto que a esa misma hora emitía TVE, entiendo que la hayan querido estrenar en el mismo hueco que Hospital Central, no solo por la temática, también por la presencia de alguna cara conocida de aquella (y medio elenco de Yo soy Bea), como la muy querida Elia Galera. Sigo siendo de la opinión que esto no justifica que Hospital Central desaparezca de la noche a la mañana cuando no ha terminado la temporada. Para colmo, se estrenaron dos episodios seguidos, esa inexplicable costumbre en algunos programas de estreno que hacen aumentar el share total de la emisión, principalmente porque a la hora del segundo episodio hay mucha menos gente viendo la televisión. Pese a todo, la jugada les ha funcionado bien y la audiencia del estreno ha sido de un 14,2% y un 17,5% de share.
Frágiles busca emocionar, se agradece que las series dramáticas sigan teniendo un hueco en televisión en abierto, que hayamos olvidado el humor rancio que parecía la única manera de hacer una serie de éxito y que la ficción nacional empiece a adentrarse sin miedo en historias duras, sensibles y hasta sensibleras. Esta serie va por esos derroteros y no lo hace del todo mal, aunque creo que ganaría mucho en intensidad sin esa edición injustificadamente revuelta, que más parece un mazo de cartas barajadas que una cuidada disposición de historias dramáticas.
Otras opiniones: Una serie con tacto, Grandes actores en perfecta armonía con el drama de sus personajes
Bueno, estoy de acuerdo en casi todo lo que has escrito, pero me gustó y me gustó muchísimo el papel de Santi Millán, tiene un gran registro dramático. Seguiré viéndola y espero que no se le ocurra a Tele5 fastidiarla como hace y ha hecho con otras. Muy buen post chicadelatele