Ya tenemos serie nueva de Shondaland, esta vez en versión corta y estrenada casi al cierre de temporada, se llama Scandal y esta primera temporada apenas tiene siete entregas, la primera de las cuales acaba de estrenarse en ABC y he de reconocer que nada mal, si eres fan de Shonda, claro.
Me sorprende que me haya gustado, porque el trailer no me dejó muy buenas sensaciones: el planteamiento no estaba mal, un grupo de abogados dedicados a evitar que se destapen escándalos que puedan afectar a la élite norteamericana, desde un militar laureado hasta el propio presidente de los EE.UU., pero la protagonista tenía algo que no terminaba de gustarme. Pese a todo, había que verla.
Y si algo llama la atención del piloto es su primera escena. No recuerdo algo así en una serie de estas características, el ritmo, los diálogos, la interpretación de la primera escena son, con mucho, los de más ritmo que he visto en mucho tiempo, impresionante lección de televisión de la que sale además la frase más destacada del episodio: «no somos abogados, somos gladiadores en traje» (yo lo he traducido por corbata en el título porque creo que le da más fuerza, aunque puestos a hacer traducción libre, casi debería haberlo dejado como Chulitos sin fronteras).
De la primera buena impresión pasamos a la segunda sonrisa, ver a Henry Ian Cusick, un reclamo lostie que siempre se agradece. Junto a él, la protagonista Kerry Washington interpretando a una Olivia Pope sobrada en las formas, en el lenguaje y hasta en las miradas por encima del hombro. La interpretación es, sin duda, estupenda, pero se hace antipática desde el primer suspiro y la lección de prepotencia que dan todos los miembros del equipo a la recién llegada impone al espectador casi tanto como a ella.
Si recordamos que esto es una serie de Shonda Rhimes, que todos sean unos profesionales sobradamente preparados no nos sorprende demasiado, solo esperamos que sus flaquezas e inseguridades empiecen a aparecer más pronto que tarde, porque este nivel de ego desatado no puede ser bueno para el desarrollo de la serie. Debo decir que aún tarda un buen rato en coger aire.
El episodio avanza y otra cosa me molesta del desarrollo de la trama: cada paso que dan los protagonistas en su tarea para proteger a su cliente es posible gracias a un fallo del sistema: forenses comentan sus informes, fiscales que retrasan sus detenciones por hacer favores a terceros, policías que dejan entrar a cualquiera a la escena del crimen con el riesgo de contaminación de pruebas que esto supone (tantas horas de series policiales no pueden pasar en balde)… todo se sostiene con dificultad y aunque estemos en una serie que seguramente acabe siendo una serie de personajes, como todas las de Shonda, es importante cuidar los detalles episódicos y estas prácticas no pueden ser siempre tan fáciles de llevar.
La trama va avanzando y logra que el espectador se relaje, al menos yo, que creo que en ocasiones veo los pilotos en tensión, intentando encontrar defectos o buscando los recovecos por los que meter cizaña. Me meto en la trama, empiezo a ver las debilidades de cada uno y cómo el personaje de la chica nueva se va desdibujando para ofrecernos algo más de los demás y mucho más de la protagonista, una Olivia Pope que, como cabía esperar, es tan fuerte por fuera como desgraciada por dentro, y hasta aquí puedo leer.
Después de una crítica feroz al ejército y a los republicanos, el final del episodio no puede ser más Shondépico y a mí personalmente me deja con ganas de más, pese a las malas vibraciones iniciales. Lo bueno y lo malo de esta mujer es que es muy predecible.
Y para cuando esta nueva serie? Para Mayo?