Ocurrió en el mes de noviembre, pero no ha sido hasta esta semana cuando ha saltado la noticia vía la defensora del espectador, que recogía las protestas de algunos espectadores que tomaron por cierto un informativo de La2 que en realidad era una ficción fruto de la creatividad de La Fura del Baus.
Rememorando aquel famosísimo evento de periodismo-ficción que supuso La Guerra de los Mundos de Orson Welles hace décadas (1938), la cadena pública ponía en antena un informativo presentado por la cara habitual de las noticias de La 2, Mara Torres, en el que se informaba del acuerdo al que habían llegado los grandes bancos mundiales para donar sus beneficios de los 10 últimos años. Pese a que esta información era aún más inverosímil que aquella invasión marciana, parece que algunos espectadores llegaron a creerla cierta y mostraban su malestar por el engaño, que tan solo quedaba patente en una mosca que informaba del origen ficticio de la emisión.
La historia no tiene mayor importancia. El simple hecho de no haber trascendido hasta casi tres meses después y por una disculpa de la propia cadena, ya indica que la audiencia, especialmente la de La2, está suficientemente formada como para distinguir algunos guiños e incluso leer la información complementaria que ofrece la emisión. Sin embargo, en este caso concreto, se protestaba también por no haber tenido en cuenta a los invidentes que, al no poder ver el mensaje sobreimpresionado, no tenían referencia alguna de los motivos de semejante noticia. Llevan razón y debemos procurar que la gran mayoría de los programas de televisión sean accesibles para cualquiera, pero no olvidemos tampoco que se trata de un producto audiovisual y que en muchas ocasiones los programas necesitan hacer uso de guiños y recursos propios del medio para su creatividad.
La televisión es un medio poderoso que lleva a muchos espectadores a creer ciegamente en lo que ven, un elemento que debe tenerse en cuenta desde las cadenas a la hora de poner en marcha sus programas y hacer determinadas bromas, que pueden resultar pesadas para una parte de la audiencia (no olvidemos el lío que se montó, esta vez sí, con la supuesta decapitación de Dani Martín en El Hormiguero). Sin embargo, debe existir un balance entre la necesaria precaución y la libertad creativa y para ello es muy necesario que los espectadores estén debidamente formados en ciertos códigos, una de las grandes asignaturas pendientes de la sociedad.
No te engañes, si la noticia no ha transcendido hasta ahora no es porque la audiencia supo distinguir que era falso, sino que por que no se entero ni Dios por falta de audiendia.