Ayer, una vez más sin retransmisión televisiva, una paradoja tratándose de los premios de la televisión, tuvo lugar una gala más de entrega de los TP de Oro. Podríamos hablar de alguna sorpresa entre los galardonados, pero no debemos olvidar que se trata de los premios que el público entrega a sus programas y actores favoritos, los que más se ven, los que la audiencia más disfruta, en ningún caso, por mucho que el nombre del premio así lo indique, se juzga aquí la mejor calidad de un programa o la excelencia del mismo como formato, ni siquiera su paso a la posteridad como representación de la producción patria, no, lo que aquí se juzga es lo que a la gente le gusta que, en última instancia, es lo que las cadenas quieren y hasta diría que deben hacer.
Así, es natural que una serie como Águila Roja, que consistentemente ronda el 30% de share, se alzara con el premio a la mejor serie nacional, arrastrando a su protagonista, David Janer, que se llevó el premio al mejor actor. Por una parte, agradezco que no se lo haya llevado la eternamente premiada Cuéntame y su incombustible Imanol Arias, que han caído por repetitivos, un tedio que sin embargo no ha podido con la siempre lucida (en la ficción, entiéndase) enfermedad de Mercedes, que ha supuesto otra estatuilla más para una estupenda Ana Duato.
Carlos Sobera se ha llevado el premio al mejor presentador, razonable en un hombre que cae bien, que no parece tener muchos registros (aunque tampoco nos han dado la oportunidad de verle fuera de su área de confort) pero que, en el que tiene, está estupendo. A veces, no es necesario pedir más. Dejaba atrás a Ana Rosa Quintana, que competía por este mismo premio, pero que no se ha ido de vacío, al lograr el de mejor magacín, seguramente más merecido al tratarse de un programa en el que prima el engranaje entre todos los colaboradores y presentadores, por encima del lucimiento personal.
Mientras en Antena 3 veíamos a Daniel Radcliffe, crecidito protagonista de Harry Potter, pasárselo en grande con Pablo Motos, el programa se llevaba el premio a mejor programa de espectáculo y entretenimiento. Lo he dicho muchas veces y no me cansaré de repetir el mérito que tiene un programa como este de haberse convertido en referente como escaparate para todas las estrellas internacionales que vienen a España a promocionar su trabajo. Podemos criticar si después las entrevistas están bien o mal llevadas, si se les saca el partido que merecen o si quedamos como unos tontos con algunas de las cosas por las que les hacemos pasar, pero es el único programa que consigue atraer y lucir a estos personajes y tiene un trabajo de producción detrás realmente loable. Yo me alegro de su premio.
El premio a la mejor serie extranjera fue a parar a Downton Abbey, también sin sorpresas. Los trajes de época y el acento británico siempre han dado buenos premios.
Algunos clásicos de los TP como Amar en tiempos revueltos o Matías Prats, no se fueron sin su estatuilla, como tampoco lo hizo el informativo de La 1, mejor aún desde que es más largo.
En los deportes, Cuatro logró colocar a sus Manolos como los más valorado con su Deportes Cuatro, en una muestra más de que el público, más que estar informado, lo que quiere es cotilleo, folloneo y mucho cachondeito. Solo faltaba Punto Pelota. Si a esto sumamos que Callejeros se impuso, un año más, como mejor programa de actualidad y reportajes por encima de un muy meritorio Salvados, queda claro que las varas de medir de público y crítica nada tienen que ver unas con otras, algo a lo que deberíamos estar acostumbrados ya pero que, dato a dato, nos sigue dejando una extraña sensación. Que Supervivientes ganara a Pekín Express, forma parte también de esta colección de premios que hacen un dibujo muy claro de lo que hay al otro lado de la pantalla. Eso y mucha esperanza, representada en el anuncio de Coca-Cola, que también se llevó premio a casa.
Bob Esponja fue elegido como el mejor programa infantil, bien por Clan, y Atrapa un millón como mejor concurso.
Y hasta aquí la ceremonia, que pudimos seguir gracias a nuestro querido Twitter, inestimable recurso informativo de nuestro tiempo.
Como bien dices son premios del público y por eso echamos en falta cosas como Crematorio. No obstante, la mayoría de las opciones elegidas resultan bastante dignas.