Hoy por fín, la cadena Fox y el propio Hugh Laurie confirmaban la noticia: esta octava temporada en la que nos encontramos, será la ultima para el doctor House, uno de los personajes de mayor éxito de la television de los últimos y dorados tiempo de ficción, que ha sufrido un desgaste proporcional a la ingesta de pastillas que se metía para el cuerpo su protagonista en cada episodio.
Podemos decir de House que ha sido un símbolo de una epoca dorada, que su personalidad y sus metodos, herederos de un clásico como Sherlock Holmes, algo que para muchos se ha hecho aun más evidente con la llegada a las pantallas españolas de la serie británica dedicada a su figura, han inspirado a otras series posteriores de similar éxito como Nurse Jackie y que es loable su capacidad de hacer simpático a un cretino como él, hasta el punto de creer posible su relacion con una mujer preparada, inteligente y bella como Cuddy.
Pese a que sus temporadas se han basado siempre en una idéntica estructura de casos episódicos resueltos por el más elemental de los métodos científicos, el del ensayo y error, finalmente iluminado con un poco de casualidad, los arcos argumentales creados a partir de las relaciones personales del doctor y su equipo han logrado mantener el interés de la audiencia por mucho mas tiempo del esperado. Sus episodios finales de temporada dejaban ganas de mas, pero brillaban especialmente sus arranques, con alguno memorable que podría haber sido una pieza suelta en sí mismo (recuerdo un doble episodio brillantísimo con el que empezaba no recuerdo qué temporada, en el que veíamos el sufrimiento del protagonista encerrado en una clínica de desintoxicación, intentando superar su adicción).
Pero la autodestrucción de House como personaje ha sido la propia destrucción de la serie. Hemos visto como la historia iba rebajando su interés y calidad a medida que avanzaban los episodios de sus últimas temporadas hasta el punto de verlas con cierto automatismo, por esa fidelidad que muchos conservamos ante algunas series que nos han acompañado durante temporadas y a las que cuesta dar un portazo cuando agonizan, casi como quién da la espalda a un enfermo terminal. House ha sido una de esas. Lamentablemente, no podremos decir que se marcha a tiempo, pues hace ya una tiempo que se deberia haber marchado, pero al menos nos queda la satisfacción de saber que solo tendremos que acompañarla unos pocos episodios mas.
No sé cómo planearan cerrar esta octava temporada para dejar un buen sabor de boca. Los finales son complicados, los cierres a veces imposibles y en no pocas ocasiones al espectador le vienen a la mente escenas de otros finales de temporada que habrían hecho un redondo cierre, como la definitiva destrucción de todo cuanto quedaba de normal en la vida de Gregory House la pasada temporada, cuando decide entrar en casa de Cuddy coche en ristre, a punto de provocar una terrible desgracia. Es, sin duda, la mejor señal de hasta donde ha perdido el juicio este hombre, de cuan irrecuperable es, un perfecto broche a una historia de autodestrucción permanente. Por desgracia, esa nave ya esta quemada y me cuesta pensar en una salida mejor. Sea cual sea la que elijan, solo pido que no sea un final feliz, seria terriblemente inverosímil.
No puede ser que sea el final del doctor House, es un icono de la tv con el tema de la ficcion y tiene tantos aficionados, sera un duro golpe para sus seguidores