Es la serie británica del momento, aunque calificarla como tal puede plantear alguna duda, al tratarse de un producto de tres episodios independientes, que solo comparten entre sí la dura crítica a algunas cuestiones de actualidad social, como la importancia de la redes sociales o la televisión y sus reality shows.
De la primera entrega se desprende un importante debate, presente en nuestra sociedad desde hace ya algún tiempo, aunque posiblemente no haya surgido aún una situación suficientemente grave como para generar un auténtico problema moral: se trata de la rapidez con la que fluyen las noticias en internet, la imposibilidad de parar los comentarios públicos de ciudadanos de a pie, la reproducción imparable de vídeos y textos de unas webs a otras, tanto si se trata de noticias contrastadas, como si son simples rumores.
Frente a esta situación en la que prima la inmediatez, los medios y sus prácticas habituales dejan de tener sentido. Sigue siendo importante contrastar la noticia y ser consciente de que este medio es aún un gran altavoz y un importante refrendo a cualquier cosa que aparece, pero esperar horas para comunicar ciertas noticias por cumplir con ciertos códigos informativos, profesionales o incluso éticos, puede provocar mayor confusión o incluso situaciones ridículas y sensación de desinformación cuando hechos particularmente noticiables corren como un reguero de pólvora por las redes sociales.
Sin duda, un difícil compromiso con la veracidad y la responsabilidad, con el compromiso explícito contraído, como medio de comunicación, con los espectadores.
Hola Chica de la Tele, solo unas letras para desearte feliz 2012. Iba a comentarte en el post del concurso pero lo tienes a tope de espontáneos y tampoco quería que pensaras que comentaba por intentar ganarme el premio, que no es el caso, así que aquí va. Feliz 2012 y nos seguimos leyendo. Pásalo muyyyy bien.