Telecinco presentaba ayer a los anunciantes la nueva programación que preparan para el año entrante y entonaban un cierto grado de arrepentimiento por lo ocurrido con la ya famosa entrevista a la madre del Cuco que ha desatado la huida de anunciantes de La Noria. En unas declaraciones que bien podrían haber hecho en un primer momento y que seguramente hubieran dado por zanjado el problema en beneficio de todos, los máximos dirigentes de la cadena, Vasile y Tringali, mostraron su deseo de contentar a las marcas por encima de la audiencia. Algunas de las frases más destacadas de la jornada que publican hoy medios como Vertele o El Mundo dicen:
«Cualquier problema vuestro es un problema nuestro, y si el problema vuestro lo hemos causado nosotros, tenemos que solucionarlo nosotros, lo sabemos perfectamente»
«Aunque la audiencia nos interesa, os aseguro que vuestro apoyo nos interesa mucho más»
«Tenemos que cuidar mucho la relación con el público, que no podemos perder, y los anunciantes, que tienen que estar siempre muy satisfechos»
Lógicamente, se trataba de un encuentro destinado a recordar a los anunciantes que ellos la base de su negocio y que están dispuestos a lo que sea por conservar su apoyo, pero llama la atención que sigan dando vueltas sobre lo mismo sin realmente hacer un esfuerzo por concretar y por solucionar el verdadero problema: la ausencia de un compromiso claro con determinado sector de la audiencia que, si bien no tiene por qué ser audiencia directa de un programa, si lo es de las marcas que lo mantienen y rompe el círculo virtuoso de la financiación televisiva.
Con la declaración de intenciones que hizo ayer Telecinco, habrá que ver si las marcas optan por volver al redil y anunciarse de nuevo en cualquiera de las franjas de la cadena, incluida la noche de los sábados. Cierta disculpa ha habido pero ¿habrá sido suficiente? Creo que esto mismo dicho la semana siguiente a la polémica hubiera relajado los ánimos de todo el mundo y hubiera evitado la espantada general pero, a estas alturas de la crisis, no tengo claro que sea suficiente y lo que si garantiza es que deberán andar con pies de plomo de ahora en adelante, al menos con determinados contenidos sensibles, que no son precisamente los más criticados por los detractores de la cadena, a mi modo de ver inofensivos.
Estaba claro que Vasile no iba a dejar que la máquina de hacer pasta se detenga. Pedir disculpas es gratis, retirar anunciantes no.
Lo más «gracioso» es que no ha habido ni una palabra sobre el origen del problema -la entrevista, el cobro, el mercadeo sobre un cadáver perdido, el recochineo de cobrar porque tu hijo ha colaborado en matar a alguien…-, ni una palabra para los familiares de la chica. Es irrelevante para Vasile que haya gente sufriendo. Lo único que le importa es el dinero y pedir disculpas a los anunciantes, a los que se debe completamente.
Cada vez que lo pienso me parece todo más repugnante y asqueroso. Los anunciantes esperaban la bajada de pantalones para volver al tajo, así demostrarán también que tienen la misma sensatez y visión del tema que Telecinco: todo por el dinero, nada para los muertos.
Horrendo.