Juro que no comprendo nada: hace apenas unas horas se anunciaba que Telecinco cancelaba dos de sus programas, Resistiré ¿Vale? y Enemigos Íntimos. Ambos funcionan en audiencia y ninguno de los dos ha sido especialmente vapuleado por la crítica (quizá por el horario en que se emiten), más allá de la última polémica creada por la redifusión en horario infantil de una de las actuaciones de Sonia Baby. Incluso aquí, lo que se criticaba principalmente no era el programa, que también, sino su redifusión en un horario inadecuado, lo cual dice mucho.
Sin embargo, en lo que todos los medios están calificando como un intento de lavado de imagen frente al problema de La Noria, Telecinco sorprende a todos eliminando de la parrilla estos dos otros programas. Curiosamente, en este caso, no les importan los puestos de trabajo que se pierden (los de La Noria eran un atentado contra sus trabajadores, estos parece que solo un daño colateral) y así, sin poner solución al verdadero problema, nos dejan a todos con la boca abierta y sin saber muy bien qué decir y como analizarlo.
Al final, lo que queda es, una vez más, una sensación de cabezonería impropia de directivos inteligentes como los de Telecinco y una convicción, al menos por mi parte, de que en algún punto hemos perdido la capacidad de explicarnos los unos y entendernos los otros en un mismo idioma.
Mientras la (ponga cada uno aquí el calificativo que quiera) de María Antonia Iglesias, insiste en que esto es una caza de brujas orquestada por la competencia, incapaz como es de reconocer el valor de internet y su capacidad para unir a la gente en causas comunes (este sábado acusaba a la red nada menos que de haber terminado con el periodismo), la dirección de la cadena opta por eliminar programas que pagan a personajes por montar el número en la tele, sin hacer mayor daño a nadie que no sean ellos mismos, pero conscientes de que esa es la forma en la que quieren vivir, en lugar de rectificar una postura que les está costando mucho dinero y dejar de pagar a personas que hasta los fiscales consideran no deben embolsarse un dinero que han cobrado por su implicación (directa o indirecta) en un crimen deleznable. Prefieren quitar de la parrilla programas que funcionan o emitirlos sin publicidad a dar su brazo a torcer y disculparse. Yo no lo comprendo.
Je, es muy divertido. Bueno, mañana publico un post sobre ese «no entiendo nada», a ver si te gusta. En mi parecer, es un intento de complacer algunas demandas de cambio de programación mientras trato de mantener mi supremacía: soy la antena y mando yo. Pero no he indagado por allí dentro a ver qué me cuentan.