Por supuesto, el análisis será en materia televisiva que, por primera vez, nos dejó algunos cambios interesantes.
De una parte, muchas cadenas de televisión nacional decidieron ayer reducir la duración de sus especiales informativos, bien renunciando a empezar a las 20:00 con el cierre de los colegios electorales y la consecuente hora de elucubraciones alrededor de unos datos que solo son encuestas a pie de urna, bien recortando por los análisis finales para seguir con la programación habitual. Si a esto sumamos que este año no había una encuesta diferente para cada cadena, como en ocasiones anteriores, empezar el programa directamente a las 21:00 con los primeros datos reales, era una apuesta lógica y mucho más económica.
Así lo entendió Antena 3, que empezaba el programa a la hora del informativo o Telecinco, que emitía Aída a la hora de costumbre, o Cuatro con Express, en una renuncia clara a seguir dando vueltas sobre unos resultados que parecían claros desde incluso antes de empezar a contar papeletas y que, de cualquier modo, podían seguirse por internet o en las distintas cadenas públicas.
Y precisamente hablando del seguimiento del escrutinio por internet, se confirma la necesidad de las cadenas de hacer algo diferente con el proceso de actualización de los datos. Hoy en día, la página web del ministerio del interior se actualiza a toda velocidad y no es lógico que las cadenas pierdan el tiempo actualizando sus bonitos gráficos para comentar la información, pues solo consiguen ir siempre una o dos actualizaciones por detrás. Que si, que quedará mucho más bonito que poner el gráfico del ministerio, pero empieza a ser algo ridículo en un programa especial que se supone está encima de la actualidad que el espectador, cada día más conectado, esté más informado que el periodista. Ya habrá tiempo de poner bonitas las pantallas y los gráficos cuando el escriutinio haya terminado pero, mientras tanto, lo importante es la actualidad y no la belleza de la presentación.
Para belleza, la del plató de TVE, que ya utilizaron en las pasadas elecciones autonómicas y municipales y que es realmente impactante. Esa puerta que se abre para dar paso a la mesa de debate es grandiosa y, aunque la música de película de acción sin pausa pueda llegar a resultar cansina y la presencia de Pepa Bueno y Ana Blanco en sus atriles, de pie durante horas, agotadora, se trata de la mejor puesta en escena de todas las televisiones. El contenido, exactamente igual al del resto de canales: mucho resultado un paso por detrás de la actualidad y mucho analista diciendo lo mismo una y otra vez, dando vueltas sobre las mismas premisas y conclusiones que, en este caso, además resultaban especialmente aburridas por venir asumidas desde hace tiempo y no haber habido sorpresa alguna. A veces la monótona realidad convierte a los programas de televisión de actualidad en un tedio.
Lejos quedan ya aquellas noches electorales en las que muchos nos íbamos a dormir con los resultados por definir, con escaños pendientes que podían cambiar el resultado. Desde que toda la información se distribuye a la velocidad de la última tecnología, las noches electorales son mucho menos emocionantes.
La estrategia de Mediaset fue no emitir en horarios coincidentes especiales informativos en sus dos principales cadenas. Como Noticias Cuatro comienza a las 20.00 horas, el especial de Telecinco no llegó hasta la hora habitual del informativo. No es que Cuatro emitiera Pekin Express como «renuncia clara a seguir dando vueltas sobre unos resultados que parecían claros desde incluso antes de empezar a contar papeletas», sino que para eso ya estaba la cadena madre, que por cierto no emitió Aida en su horario habitual, sino que la retrasó casi una hora.
Lo interesante de la TVE pública (y del periodismo en general) en esta nueva era de las redes sociales ya no es ser el primero en informar, sino aportar el análisis y los distintos puntos de vista sobre la noticia. A mí me pareció un acierto entrevistar a los directores de los principales periódicos del país.