Escribo nada más terminar de ver Ringer, la nueva y esperada serie de Sarah Michelle Gellar que en promoción resultaba bastante atractiva o, cuando menos, intrigante. El hecho de que se emita en The CW ya le da una serie de características que no son especialmente positivas, aunque yo soy de las que está colgada con series como Gossip Girl o 90210 y llegué a ver hasta su cancelación la nueva Melrose Place, Life Unexpected y hasta The Beautiful Life (debería dejar de contar algunas cosas). Con esta trayectoria, que la serie se emita en esta cadena es para mí casi una garantía de que me colgaré y al final de cada episodio seguiré preguntándome ¿por qué?.
Otro punto positivo/negativo de la serie es su protagonista: como le ha ocurrido a otros grandes iconos de la televisión con papeles protagonistas en series de culto, la vuelta a la pantalla en la piel de otros personajes no suele ser sencilla y Buffy es mucha Buffy para olvidarla de la noche a la mañana, aunque hayan pasado ya ocho años desde su cancelación. El tiempo no pasa en balde para nadie y la verdad es que poco queda de la adolescente pizpireta que veíamos en aquella serie, Sarah Michelle se ha convertido en una mujer hecha y derecha y nos va a costar hacernos a ella y su nueva imagen, por muy atormentado que pueda ser su papel y muchos oscuros secretos que esconda. Pese a todo, se mete de lleno en su nuevo personaje y, aunque un pelín sobreactuada, todo apunta a que saldrá adelante con él, si las audiencias responden, claro.
Y para que las audiencias respondan, la serie deberá evolucionar mucho más de lo que hemos podido ver en este primer episodio. Con lo que nos han mostrado, no parece que la historia pueda tener mucho recorrido: si, existen dos grandes misterios por explorar por parte del espectador y uno que ya sabemos pero es clave para la evolución de los protagonistas pero, tras el juego de ir descubriendo poco a poco y a golpe de sorpresas quién era la hermana de la protagonista y cómo se comportaba, no parece que se esconda un gran abanico de posibilidades. Tengo la sensación de que todo terminará por ser un gran folletín y pocas cosas me gustan más que un culebrón con presupuesto xD
Entrando ya en este episodio piloto, lo cierto es que no ha habido grandes sorpresas. Tan necesaria es la promoción para las cadenas, especialmente cuando se trata de nuevos productos, que ya sabíamos casi todo lo que ocurriría en este comienzo y algunas de las circunstancias que más tensión y sorpresa deberían generar habían sido ya mostradas en piezas promocionales, quitándole por completo interés a la historia. Es un problema y ha sido un lastre en el desarrollo del episodio, aunque espero que sean capaces de dar recorrido a los diferente enigmas abiertos, con solvencia y sin necesidad de tanto spoiler.
En cuestión creativa, dos cosas me han llamado la atención especialmente: de una parte, el constante juego de espejos y reflejos que resulta muy artístico y muy conveniente a la historia de estas dos mujeres idénticas. Es el tipo de licencia artística que suele utilizarse en un piloto, que resulta llamativa y agradecida, si no se repite constantemente después convirtiéndose en una horterada. Frente a ello, la falta absoluta de realismo de la escena rodada en el mar, escena que en sus primeros planos parece grabada en cualquier universidad de bajo presupuesto por lo poco cuidado de sus efectos. Bien es cierto que desde que museos, documentales y vídeos en YouTube nos muestran todos los trucos del chroma, cada vez es más difícil creerse una escena de exteriores, pero esto ha sido demasiado descuidado y resta credibilidad y categoría a la serie. He dicho alguna vez que, por algún motivo que desconozco, alguna extraña conexión neuronal que no corresponde, esta serie me recuerda a aquella australiana llamada Retorno a Edén, un culebrón de características remotamente similares a esta serie que, sin embargo, me ha vuelto a venir a la mente en esta escena marina, precisamente por lo de andar por casa que era. A su lado, aquella era una superproducción.
Junto a Sarah Michelle Gellar, un par de protagonistas masculinos fácilmente reconocibles por el gran público: Nestor Carbonell, el hombre del rimmel eterno y Kristoffer Polaha, el guapo e inmaduro padre en Life Unexpected que ahora ejerce de amante despechado. Parece un buen acompañamiento.
Nota para este piloto: necesita mejorar, pero por el momento lo seguiré viendo.
Totalmente de acuerdo en todo. Yo de momento la seguiré viendo aunque solo sea por SMG, pero si la cosa no mejora me bajaré del carro.