Para empezar esta entrada sobre el esperado estreno de Piratas no puedo evitar volver a protestar por algo que se está convirtiendo ya en una maldita costumbre por parte de las cadenas de televisión, una costumbre que considero insulta la inteligencia del espectador y que es fruto únicamente de la inseguridad, del miedo a que la audiencia no responda, de esa necesidad de atraparnos a todos como si las primeras escenas de la serie no fueran suficientes. Me refiero, claro está, a los avances llenos de spoilers, 3 nada menos, que han precedido al inicio de la serie.
@Montsinya no podría haberlo descrito mejor :»Esto de #piratas es como las campanadas, que no sabes cuando son los cuartos, cuando el resumen, cuando comienzan los toques de verdad…»
15 minutos después, empieza por fin la serie.
Las primeras impresiones no son muy buenas: escenas de lucha montadas tan rápido para disimular que los actores no son expertos en esgrima que parecen realizadas por el mismísimo Valerio Lazarov, las escenas de interior parecen bastante artificiales, un problema entre otras cosas de profundidad de campo, de falta de ella en este caso, que hace parecer que nos encontramos ante un serie de media tarde en lugar de un producto costoso de prime-time.
Lo de Pilar Rubio, seguro que una de las cuestiones de mayor interés de la jornada (llegó a ser Trending Topic mundial en twitter) no sorprende, bastante flojita y con muy poca fuerza para ser una recia pirata. La pondrán verde seguro y no les faltará razón, pero debo decir que en mi opinión, Pilar solo es culpable de aceptar los retos que se le han puesto por delante en su carrera profesional, retos que muchos querrían tener y a los que es difícil decir que no y más difícil aún superar en una profesión tan expuesta como la televisión. Si, es cierto, Pilar no lo hace bien, pero la culpa la tiene quién le da un papel que le queda grande y luego además no es capaz de dirigirla bien para sacar lo mejor de ella.
A medida que avanzan los minutos y casi llegando al final, me doy cuenta de que el conjunto no esta mal, quizá llevaba las expectativas tan bajas que me ha sorprendido gratamente. Aunque no creo que la siga, es un producto digno (como diría Alberto: Considering). Los personajes son claros y con personalidad bien marcadas, pero sin caer en estereotipos vergonzantes y, aunque el personaje de Oscar Jaenada tiene un aire a Cantinflas, tanto en lo físico como en la vis cómica que desprende, es quizá de lo mejorcito de una serie que posiblemente sea tan buena como algunos de sus secundarios, una estupenda manera de hacer valer una serie de ficción.
Habrá que ver con qué audiencias nos despertamos mañana, especialmente tras el éxito de la pasada semana de Los Quién, con los que competía directamente, pero creo que esta serie puede funcionar muy bien, quizá atrapando a los fieles de Águila Roja, con la que encuentro muchos y notables parecidos. Lo que me temo es que no volveremos a ver a los forenses de CSI en la noche de los lunes, salvo que el estreno haya sido un batacazo y opten por moverlo a otro día menos competitivo. Solo espero que al menos me los cambien a Cuatro, cadena en la que hoy por hoy tiene mucho mejor encaje.
Totalmente de acuerdo!
Pilar Rubio: mucho arroz para tan poco pollo! la verdad es que como reclamo si no sigues la serie y te asomas sin prestar atención a lo que dice y cómo lo dice, pues está bien…
Oscar Jaenada me hace mucha gracia. Su personaje es feliz como una perdiz y nos lo creemos porque toca hacerlo pero ahora mismo no me lo creo demasiado veremos cuando empiecen con los flashbacks (que seguro que los habrá) si justifican ese caracter feliciano del muchacho.
Hay una cosa que me tiene mosca y es la similitud que tiene todo lo piratesco con el videojuego de los 90 «The Secret of Monkey Island»: Piratas del Caribe tiene cosillas del juego y Piratas (que su logo recuerda muy mucho al videojuego «Piratas de Sid Meyer») incluso me viste a Pilar Rubio como a la Gobernadora Marley de Monkey Island.