Hace un par de semanas que tenía pendiente comentar brevemente esta noticia que, aún proviniendo de Canadá, no será raro que sea adoptada por algunos responsables de medios audiovisuales en España tan pronto tengan conocimiento de ella y descubran sus posibilidades.
Se trata de la petición por parte de los medios tradicionales canadienses de una equiparación de obligaciones para los medios online, toda vez que son competidores directos y luchan por la misma audiencia. En mi caso, dado que soy una gran defensora de que las televisiones puedan hacer lo que les de la gana, siempre y cuando no incumplan la ley, en este caso la cuestión me parece aún más ridícula, pues no solo las televisiones con el modelo tradicional deben cumplir una serie de reglas «en pago» por el uso de un espectro público en el que emitir, sino también por el hecho de que algunas de estas reglas a las que deben plegarse responden únicamente al modelo clásico de emisión en tiempo real, con una parrilla inamovible donde cosas como el horario de protección infantil tienen sentido.
Obligar a medios únicamente online a cumplir con cuestiones como la inversión en cine español, por ejemplo, sería un abuso, una obligación posiblemente fuera de la ley, como lo ha sido la financiación de las telcos a TVE y no digamos ya la obligación de ajustarse a determinados contenidos en función del horario de emisión (inexistente como tal en online) o incluso las exigencias de tener ciertos porcentajes de producción dedicados a creaciones de la Unión Europea. Pese a que los actores habituales del sector pueden pensar que estas obligaciones son un lastre que les impide competir en igualdad de condiciones, parece evidente que la posibilidad de emitir en abierto para todo el país y accesibles con tan solo encender el televisor, costumbre completamente implantada en nuestra sociedad, compensa ampliamente la necesidad de cumplir ciertas obligaciones que, de otro modo, no están presentes.
Y finalmente, si estas cadenas tradicionales creen que están siendo penalizadas por utilizar el espacio radioeléctrico común y no pueden competir en igualdad de condiciones por ello, la solución no puede ser más fácil: desconectarse de la antena, conectarse al router y listo, ya están en igualdad de condiciones, a ver si compensa. Desde luego la apuesta sería brutal, y me encantaría ver cómo funciona algo así ¿Quién se imagina un Telecinco sin reglas emitiendo únicamente online? Yo quiero, yo quiero…
Pataleta de patio de preescolar.
Como bien dices, si se consideran en inferioridad de condiciones, no tienen más que devolver la licencia, hacerse online, y a ganar millones.