Curiosa paradoja la que podría estar viviendo Telecinco en estos días si la noticia que hoy cuenta La Sexta fuera un análisis real y no una elucubración. Yo no entiendo nada de bolsa, pero no me parece descabellado pensar que, como dice el periódico, las acciones de Telecinco se vean afectadas por la ausencia de un personaje mediático y con tanto peso en la parrilla como Belén Esteban. Es demencial, pero no descabellado.
Si las empresas de tecnología suben y bajan en bolsa por rumores que logran llegar a trending topics en twitter o por errores absurdos de configuración ¿por qué no pensar que la presencia o ausencia de un determinado personaje mediático y las sospechas de que podría no volver a plató, puedan hacer caer el valor en bolsa de un canal de televisión? A nadie se le escapa que hoy por hoy Belén Esteban es a Telecinco como el iPhone a Apple y cualquier rumor en torno a sus problemas afecta ya a todos los niveles.
Lo lamentable de este asunto es pensar que los analistas de bolsa se crean las tonterías que aparecen en Sálvame cuando todos los que tenemos medio dedo de frente sabemos que Belén no va a abandonar la única fuente de ingresos de que dispone, ni su representante va a permitirlo y mucho menos la cadena a consentirlo. Y todos tenemos un precio, los colaboradores de Sálvame los primeros. Este juego de «me voy», «abandono la televisión», «es que ya no puedo más», no es la primera vez que ocurre y solo sirve para que el Sálvame Deluxe con la reaparición de la starlette pegue el pepinazo en audiencia. Salvo que algún analista de bolsa tenga información privilegiada e inesperada, no tiene sentido que estas cosas afecten así a la bolsa. (Al final me va a tocar ver el Deluxe por si me tengo que comer las palabras xD)
Pero, de ser así, de haberse convertido la Estéban en factor de estabilidad o inestabilidad de las acciones hasta el punto de hacer bajar su cotización un 5%, estaríamos ante la paradoja de que Telecinco no podría jugar con sus idas y venidas como hasta el momento, debiendo dejar claro que la co-presentadora no se mueve de su silla y hasta haciendo público su contrato por si hay algún descreído. Se acabaron los enfados, los disgustos y las rabietas de niña mimada que amenaza con dejar de respirar y convertirse en pera. Ahora está jugando con muchos millones y no se lo pueden permitir.
Por su parte, la competencia ha descubierto un filón de destrucción que podría utilizar muy sibilinamente, buscando la erosión constante del personaje para provocar, una vez más, sus deseos de abandonar, para provocar la incertidumbre sobre su futuro, el pánico en los mercados (solo escribirlo me provoca una mezcla entre risa y estupor) aunque el enemigo, por el momento, lo tenga Telecinco en casa con ese programa tan bien llamado Enemigos Íntimos.
Hasta el miércoles, Vasile era el primer interesado en tener al enemigo íntimo de Belén Esteban en casa… Así ellos se lo guisan, ellos se lo comen. El reality al completo dentro del canal, sin dar alas a la competencia.