Si hay algo que me gusta de la personalidad americana es su ausencia de complejos, en todos los ámbitos de la vida y, especialmente, en el televisivo, donde además es normal que vayan más que orgullosos.
Mientras aquí nos devanamos los sesos buscando excusas para ver la televisión y mentimos en las encuestas afirmando que vemos unas cadenas cuyos índices de audiencia son raquíticos año tras año, ellos confiesan sin pudor que ven la televisión más que leen y que además se enorgullecen de la cultura que esto les da.
El último ejemplo acabo de leerlo en esta crítica de la miniserie The Kennedys, un biopic del que se habló mucho cuando se puso en marcha para The History Channel y que dio más que hablar aún cuando, una vez terminado, la cadena decidió que no lo emitiría porque no daba la talla, acabando en un canal muy minoritario, Reelzchannel, y seguramente a un precio irrisorio.
Llegado el momento de la promoción y el envío de los primeros episodios a los críticos, aparece esta reflexión sobre la mala decisión de History Channel de no emitir la serie que, si bien es posible que no se adapte a los cánones tradicionales de una serie histórica, si hace que el espectador aprenda cosas relacionadas con su pasado como nación: desde el árbol genealógico familiar de los Kennedy a la tendencia a tener líos de faldas de uno de sus presidentes más añorados. Cuestiones estas que pueden parecer insignificantes, pero que ponen en situación a muchos millones de americanos, poco conocedores de la historia y en quienes puede llegar a despertarse el interés por profundizar más en sus acontecimientos más recientes.
Si la función de un canal como History Channel es la de difundir la historia de forma mayoritaria entre los espectadores, cuanto más sencilla de ver sea una producción, mayor será la aceptación y seguimiento de la misma y, aunque de modo más superficial, mayor será el número de personas que se interesen por ella.
Es una forma curiosa de verlo, pero no del todo descabellada. En realidad aquí nosotros ya hacemos algo parecido y no son pocas las series históricas que hemos podido ver a modo de miniserie en Antena 3 y Telecinco, aunque en ningún caso se haya intentado vender el producto como algo educativo o con valor histórico, no es menos cierto que se ha insistido en la veracidad de los contenidos y que la audiencia ha respondido muy positivamente.
Por cierto, The Kennedys está en un lote de series recientes compradas por Cuatro, por lo que no tardaremos en verla en España.