Este post va a ser muy corto. De hecho, anoche cuando terminé de ver Vida Loca llegué a la conclusión de que el estreno no daba siquiera para una entrada, pero creo que eso también es un dato a tener en cuenta, así que ahí va.
Las expectativas frente a esta serie no podrían ser más bajas, después de ver pasar sin prestarle mayor interés, numerosas informaciones al respecto de la serie, me llamó la atención que Telecinco la estrenara en una franja tan poco atractiva: domingo a las 23:30 no es el mejor sitio para estrenar, aunque vengas precedido de la incombustible Aída.
Tan poco atención había prestado a las noticias sobre la serie, que no sabía que sus protagonistas eran dos gays a punto de contraer matrimonio y mucho menos que de esta relación surgiera el nombre Vida Loca, un juego de palabras tan estereotípico como algunas de las situaciones y personajes que se pasean por los decorados de la producción. Adolescentes serias y maduras (que sin embargo se quedan embarazadas sin querer), madres sin sentido común probablemente afectadas por el hecho de descubrir que su marido es gay y ahora inexplicablemente emparejadas con uno de los personajes con menos luces del panorama reciente de la television y un Currito repescado de Los Serrano que, al crecer, se ha convertido en el bandarra de su hermano mediano en aquella otra serie. Añadámosle la presencia de Lolita como asistenta-figura maternal-cotilla y ya tenemos el pack completo de serie española cañí, dónde no puede faltar el cameo de Alaska interpretando una de sus canciones ochenteras.
Por cierto, la serie transcurre en San Sebastián, lo dejan claro con las transiciones en vídeo con imágenes representativas de la ciudad y con una cartel que dice Pintxos en el bar, por si no nos damos cuenta.
La serie no tiene gracia, la trama es previsible, las risas y aplausos no sabemos si son enlatados o fruto de una grabación frente al público y los dientes postizos de Miguel Ángel Muñoz una caricatura de sí mismo. Sin embargo, el 14,8% de la audiencia estuvo allí, echando un vistazo a esta propuesta que hasta podría llegar a funcionar pese a su poca originalidad, a su escasa capacidad de sorprender y a lo acartonado de todos sus elementos. Si va para adelante no creo que tarden en sacarla de esa franja y ubicarla en otra más adecuada, en ese access tan poco explotado en nuestro país, probablemente por las dificultades de competir, semana si, semana también, con partidos de fútbol que no tienen rival.
La semana que viene bajará. Fijo.
¡Vivan los estereotipos!