The TV Addict tiene hoy un muy interesante artículo sobre la necesidad de los spoilers. Para todos los aficionados a Fringe no es noticia que la serie está pasando por momentos críticos en los que su renovación es incierta y parece ser que Fox ha optado por promocionar su próximo episodio incluyendo en la promo la aparición de un cameo interesante. Protesta The TV Addict por esta práctica, habitual en otras series y cadenas, por considerar que no supone un empujón para una serie como Fringe, que ya en su tercera temporada no va a lograr seguidores nuevos por la presencia de este invitado y, sin embargo, estropea la experiencia del visionado a quienes sí la siguen (seguimos) y probablemente se sorprendan con su presencia.
Esto me lleva a recordar la conversación que anoche tuvimos grabando el podcast de La Caja de Spoilers, donde nos planteábamos cuándo un spoiler puede considerarse como tal. Este tema ya lo hemos tratado algunas veces aquí, pero conviene recordarlo de vez en cuando, sobre todo cuando parece que las cadenas de televisión están convirtiéndose en los peores enemigos de quienes no queremos saber nada de lo que va a ocurrir en las series que seguimos.
Parece evidente que para esto de los spoilers hay diferentes sensibilidades (a mí no me gusta ni saber qué canciones cantarán en Glee, pero reconozco que soy una exagerada), aunque todos estamos de acuerdo en que cualquier cosa que se cuente antes del estreno del episodio puede sin duda considerarse como tal. Y cuando hablo del estreno me refiero a su primer estreno, lógicamente, pues sería imposible tener en cuenta el estreno americano, el estreno en pago en España, luego su emisión en abierto y ¿por qué no? ya puestos, el estreno en el ordenador de cada uno. Pese a todo, no cuesta ningún trabajo, si vamos a hablar de las tramas concretas de una serie, avisar de ello al principio del texto (si es en negrita y con un color llamativo, aún mejor) pues así evitamos sorpresas desagradables en nuestros lectores. Eso incluye, por supuesto, no hacer referencias a la trama en el título de la entrada y no poner fotos con el beso sopresa o la muerte del protagonista.
Parece una cuestión sencilla, pero no todos los que escribimos sobre televisión lo hacemos siempre bien y mucho peor lo tenemos cuando, como se denuncia en el post de The TV Addict, son las cadenas las primeras que se apuntan a reventarnos sorpresas destinadas a los espectadores. El caso reciente más claro, aparentemente comparable al de Fringe (no sé quién es el personaje invitado, no he querido pinchar en el enlace) es la presencia de Belén Estéban en Aída el pasado domingo, una presencia que hizo que la serie liderara el prime-time y que realmente no podemos valorar en toda su extensión hasta ver las audiencias de este domingo, donde podría ser que también liderara por la propia aceptación de la serie entre los espectadores. En cualquier caso, yo entiendo que si Telecinco contrata a Belén Estéban para cualquier cosa, la saque hasta en la sopa porque es evidente que al público de la cadena le encanta o, por lo menos, le despierta curiosidad.
Analizado así, con un caso tan concreto, parece que la cadena tiene razón en utilizar el elemento de sorpresa para promocionarse, lo que ahonda más en la gran duda sobre qué es un spoiler.
Spoiler viene del verbo inglés «To Spoil», que a groso modo vendría a ser «estropear». Se usa desde la comida que se estropea, hasta para referirse al «estropicio» en el carácter de un niño cuando lo malcriamos y/o consentimos.
Con los Trailers (y aún mas con los Teaser Trailers), lo que se pretende es llamárnos la atención, tentarnos (véase el verbo «To Tease») para que nos acerquemos a la serie o película con curiosidad.
La línea entre un teaser y un spoiler en esto de los avances es muy delicada. En el ejemplo que pones de Belén Esteban, anunciar que aparece en el capítulo sería un teaser, ya que al no ser un personaje habitual, es símplemente un reclamo para hacer saber que estará allí.
En el caso de Fringe, para un seguidor, el hecho de saber que habrá un cameo es un teaser que ya llama la atención, pero que quizás es insuficiente para un espectador ajeno al que hay que atraer.
Ahora bien, revelar quién es el actor del cameo puede ser aceptable si es un personaje nuevo que desconocemos, pero si es un personaje ya conocido, dependiendo de las circunstancias, puede desvelar ya un poco demasiado.
La cuestión es que si hay más de una sorpresa, como por ejemplo no solo que aparezca tal o cual personaje, sino el motivo y las circunstancias que hacen que esté presente, quizás desvelar una sorpresa no estropea la sorpresa verdaderamente interesante.