Las audiencias de ayer son entretenidas de interpretar: por una parte tenemos el liderazgo de El Secreto de Puente Viejo (17% de share), la nueva telenovela de las sobremesas en Antena 3 que, igual que ya hicieran con Bandolera, se estrenaba en prime-time para pasar inmediatamente después a su franja habitual, la de competencia directa con Sálvame. Me gusta que en España se produzcan seriales de calidad, que se opte por hacer producción propia algo más elaborada y con mayor presupuesto que los clásicos culebrones venezolanos, con actores conocidos y temáticas históricas y se ha demostrado que el público tiene interés. La estrategia de estrenar en la franja de mayor audiencia sin embargo, se me antoja extraña, dado que el público no es el mismo a una y otra hora y, sobre todo, porque temo la tentación de las cadenas de convertir el serial diario en un producto semanal, a la vista de los excelentes resultados en la franja nocturna y la incapacidad de vencer al líder en su destino original.
Tras el liderazgo de El Secreto de Puente Viejo, Spartacus lograba un estupendo resultado con la emisión de sus dos primeros episodios, aumentando su aceptación en más de tres puntos de share en su segunda entrega (10,7% el primero y 14,3% el segundo). Personalmente, había oido hablar tanto de la serie, que no me pude resistir a verla, aunque he de reconocer que aguanté poco. Con una puesta en escena tan llamativa como irreal, Spartacus llama la atención por sus excesos: desde los chromas que no intentan disimular su presencia, hasta la cámara lenta utilizada sin freno, pasando por las constantes salpicaduras de sangre, los miembros mutilados, las escenas de alto contenido sexual o los diálogos plagados de palabrotas, Spartacus es una oda al exceso.
Varias personas me insistieron en que los dos primeros episodios no son los mejores de la serie y que realmente merece la pena seguir viéndola, pero dudo mucho que cuenten conmigo la semana que viene, no por los comentados excesos, sino por la ausencia de una trama que me resulte interesante o de una trama siquiera. La sensación es la de estar viendo un videoclip, uno que al principio te engancha por su originalidad, pero uno de esos que no cuenta nada y se limita a recrearse en lo visual.
Entre los dos, Hospital Central (12,1%), que la semana pasada parecía repuntar y recibir el premio a la constancia y que, sin embargo ayer, sin mayor sentido, se quedaba a medio camino entre dos opciones nuevas, levantando la sospecha de que sus buenos resultados son fruto de una débil oferta en la noche de los miércoles y que una buena parte de su audiencia está deseando encontrar otro producto con el que entretenerse.
La semana que viene se juega otro round de este interesante combate, esta vez con un pugil nuevo en Antena 3, habrá que estar atentos a lo que ocurra para sacar conclusiones más claras sobre lo que la audiencia está pensando.
Pues, yo te recomiendo que sigas Spartacus.
Al cabo de pocos episodios va tomando una trama más real que mezcla más la historia con la novela, abusa menos de los «efectos especiales» y las actuaciones merecen bastante la pena.
La primera temporada acaba con una trama «cerrada» dentro del contexto historico en la cual se desenvuelve.