La cancelación de Operación Triunfo ha llegado como una sorpresa. Es cierto que las audiencias eran muy malas para un programa que cuesta tanto dinero y que es bien sabido que las audiencias son lo único que cuenta en las televisiones comerciales, especialmente si hablamos de inversión en el prime time, pero nunca pensé que la cosa fuera a ser tan fulminante. Entiendo así el cabreo, disgusto y sorpresa de los miembros del equipo del programa, aunque no comparto su forma de expresarlo, en un discurso impropio de quienes viven desde hace años de hacer productos que necesitan al público masivo detrás o no tienen futuro.
Empezando por Noemi Galera, que sabe de televisión como la que más y que da a entender que no comprende los motivos de esta cancelación repentina. Lo mismo ocurre con Eva Perales, que tras años dedicada al mundo de la música, donde solo vales lo que vendes, se sorprende ahora de que la cadena de la espalda a programas que no funcionan. Eso por no hablar de la directora de la academia, que llama estúpidos a todos los que eligen ver cualquier otra cosa que no sea su programa, provocando la cancelación del mismo. Y quién dice ver otra cosa, dice tener la televisión apagada y disfrutar de cualquier otro tipo de entretenimiento, o incluso dormir, que es lo mejor que se puede hacer a la hora a la que terminaba OT. ACTUALIZACION: Me comentan que este tuit de Nina podría hacer referencia al musical Hair, como puede verse en el comentario previo de Juanjo Amorín, sin embargo, creo que ambos están pensando lo mismo que yo y lo dejan caer sútilmente. Es un personal juicio de intenciones, si, admito que podría estar equivocada.
Entiendo que todos los que forman parte del proyecto estén disgustados, entiendo que les frustre hacer un programa sin insultos y basado en el talento por descubrir y que la audiencia no responda, pero no entiendo que adopten esta actitud de recién llegados, como si desconocieran los entresijos del mercado televisivo, especialmente en televisión en abierto y mucho más en Telecinco. Estos profesionales que ahora se rebelan, algunos de ellos al menos, no tuvieron inconveniente en disfrutar de la estabilidad que les proporcionaba una audiencia que cada semana se conectaba para ver como Risto Mejide se peleaba con triunfitos, profesores y hasta el presentador del programa, un personaje que ellos mismos alimentaron y que, solo cuando estaba convertido en un monstruo indomable, optaron por eliminar.
Estos mismos profesionales no han sido capaces de mostrar ni un pequeño atisbo de autocrítica, a ninguno se le ha ocurrido siquiera la remota posibilidad de que alguno de los puntos listados en los numerosos artículos críticos que del programa se han hecho pudiera ser real. Y para rematarlo, Manuel Villanueva sale en defensa de Pilar Rubio consiguiendo el efecto contrario a lo que dice, que todas las miradas apunten a que ella es la responsable del tropezón.
Desconozco los entresijos de la producción. No sé si en algún momento Gestmusic y Telecinco han tenido desencuentros sobre cómo desarrollar el programa este año, su ubicación en la parrilla o si en el contrato figuraba la obligación de lograr una cuota de pantalla mínima. Sin embargo, sospecho que, aún teniendo estos datos, mi opinión no iba a variar mucho porque, mal que nos pese, la televisión es así y, seamos sinceros, tampoco estamos hablando de la cancelación de una obra maestra de la televisión mundial… que es OT.
Sobre lo del twitt de Nina creo que iba por el comentario de @jjamorin acerca de la multa que quieren meter al musical Hair por fumar en el escenario, no creo que se refiera a OT…