Las declaraciones de  Durán y Lleida la pasada semana afirmando que las televisiones autonómicas en aquellas autonomías que no tengan lengua propia no tienen sentido, han cosechado los aplausos de UTECA que, desde la eliminación de la publicidad en TVE, ya tienen a las autonómicas como blanco de sus críticas por competencia desleal.

Ya he manifestado anteriormente que no creo que la publicidad que hay (o debería haber) en las televisiones autonómicas tenga cabida en las cadenas privadas, toda vez que una gran parte de esta publicidad está destinada a promocionar empresas y ofertas destinadas exclusivamente a la autonomía en la que se emiten esas cadenas, no por discriminación geográfica, sino por ser el único lugar en el que tiene sentido emitir la publicidad local. No es menos cierto que al final las cadenas autonómicas tienen los mismos anuncios que las cadenas nacionales, con la única diferencia del idioma en que se emiten, solo en aquellas que, como dice Durán y Lleida, tienen lengua propia. Pero eso es otro asunto.

He manifestado anteriormente también que no creo en la necesidad de tener una televisión pública, al menos no con las características de la que tenemos, sea una televisión nacional o autonómica, en cualquier lengua.

Pese a todas estas reticencias personales, la argumentación de unos y otros en contra de las cadenas autonómicas de quienes no tienen lengua propia no me parece que se sustente, partiendo claro de la idea de que una cadena de televisión local o autonómica, debe ser una ventana a todo aquello relacionado con sus habitantes que no tiene cabida en quienes emiten para todo el territorio nacional.

Que la FORTA se una para sumar presupuestos y comprar alguna de las series de éxito del momento sí puede considerarse competencia desleal, que se unan para comprar los derechos de los partidos de fútbol de primer nivel, también. Pero eso no tiene nada que ver con el idioma.