Empieza temporada de campañas electorales, esas tan pesadas que copan los informativos de todas las cadenas y en las que, hasta ahora, los políticos de turno programaban sus mítines para hacerlos coincidir con la hora del informativo de la noche y, dentro de este mitin, buscar el momento adecuado para lanzar sus proclamas más lucidas de manera que coincidieran con la conexión en directo. Nunca he asistido a un mitin, pero me imagino al político soltando su speech y recibiendo de pronto el aviso de que está en el aire y así, sin ton ni son, en medio de una frase, cambiando totalmente de registro y contenido, como si fuera una pausa de publicidad mal metida de esas a las que nos tienen tan acostumbrados últimamente. En casa no nos damos cuenta, pero en directo debe ser curioso y muy cantoso.
En cualquier caso, esto se va a acabar, al menos en la televisión pública, donde han decidido, por el bien de la neutralidad informativa, o eso dicen ellos, no volver a hacer estas conexiones en directo y que sea un redactor el que elija el corte que acompaña a la noticia electoral de la jornada. Sinceramente, creo que esto no supone beneficio alguno para la objetividad del informativo, ni mucho menos para la neutralidad de los contenidos.
Cuando hablamos de objetividad, sea en política, deportes o medio ambiente, no se me ocurre mejor manera de acercarse a ella que dejando que cada cual se retrate. En una campaña electoral en la que se permite a cada político meter su cuñita mitinera en directo cuando se conecta con ellos, cada uno de los partidos es responsable de lo que dice y todos tienen las mismas oportunidades, siempre y cuando se respete algo tan simple como el tiempo en pantalla. Si dejamos que estas intervenciones sean seleccionadas por un editor, hasta el más apolítico de los profesionales introducirá un importante grado de subjetividad en los cortes. Tan sencillo como poner a varias personas a escuchar un mitin o entrevista y pedirles que escojan un titular.
La objetividad en información no existe en cuanto una persona tiene que seleccionar un pedacito pequeño de algo más extenso. Esta subjetividad puede ser partidista o sencillamente humana pero, en el caso concreto de la campaña electoral, apuesto a que este cambio genera unas protestas de los partidos que hasta el momento no habían surgido.
Pero eso realmente se hace? Tiene que ser un coñazo si tienen que estar atentos para cada conexión de La1, A3, T5, LaSexta, Cuatro….