Desde hace un tiempo las cadenas de televisión de pago, y en ocasiones incluso en abierto, aunque más tímidamente, se hacen con los derechos de las series de televisión muy pronto, a veces puede que antes de que estas se hayan emitido. Es importante tener lo mejor, lo más visto, aquello de lo que más se habla y, a diferencia de lo que ocurría años atrás, las cadenas no se pueden permitir el lujo de esperar a ver qué tal funciona una serie en EE.UU. para tomar la decisión de comprarla.
Ocurre en estos casos que las cadenas no americanas se arriesgan a comprar productos no testados y pueden tener en sus manos los derechos de una serie que resulta ser un bombazo o los de alguna que apenas pasa de los primeros meses de emisión.
En estos casos, los de la cancelación prematura, las cadenas se encuentran con episodios comprados que pueden tener un desenlace más o menos digno, si su cancelación ha sido avisada con margen para los guionistas, o bien con una sucesión de tramas abiertas que dejan al espectador con infinito espacio para la imaginación.
En EE.UU. es inevitable que una serie que no funciona se emita, pues la única manera de saber si se acierta es probar con el método de ensayo y error pero ¿qué pasa con los paises que compran estas series y que, antes de emitirlas, ya conocen su abrupto final? ¿tiene sentido que las emitan para sus espectadores?
Personalmente creo que no, que en cierto modo engañan a sus clientes cuando les ofrecen un producto inacabado, un producto que, concebido para tener hasta 23 episodios, de pronto aparece con poco más de una decena y que deja todos los asuntos inacabados, permitiendo que el espectador se comprometa con una historia que le dejará inevitablemente insatisfecho.
Sin embargo, son muchas las series que se han emitido y se seguirán emitiendo así, porque las cadenas deciden no desperdiciar esos derechos por los que ya pagaron, independientemente del resultado que luego puedan dar.
Yo creo que merece la pena ver una serie que te interese, pese al mal trago de ser cancelada. Y tambien entiendo a las cadenas españolas que las emiten , en el sentido de verse «obligadas» en muchas ocasiones a comprarlas en paquetes de series , donde la producción estrella eclipsa a las demás.
El problema aquí radica en la información. Nos debemos informar de lo que vemos y las cadenas deberían informarnos de lo que vemos. No es lo mismo ver consciente una serie que sabemos cancelada que encontrarnos con su final abrupto. Pese a ello, no es lo mismo querer ver una serie cancelada que ver una serie que crees que no lo está.
!Cuánta complicación!