Hace un par de días comentaba con una amiga, profesional de la información televisiva, lo difícil que es abrirse camino en los medios aportando la propia personalidad de cada uno. Acceder a un trabajo frente a la cámara es muy complicado y muchas veces el periodista no tiene muy claro qué es lo que se espera de él, si aportar su propia personalidad al trabajo que lleva a cabo o limitarse a ser un busto parlante.
Ambas posibilidades tienen sus riesgos: aquellos que pretenden imprimir personalidad a la lectura de las noticias o la previsión del tiempo, se arriesgan a no dar con la forma adecuada, la que guste a la mayoría, provocando así la huida de una audiencia que quizá solo quiera que le cuenten lo más destacado de la actualidad o qué día hará mañana, sin chascarrillos, sin adornos, sin nada más que la mera información. Si analizamos la información de los telediarios en las principales cadenas, esta parece ser la actitud más habitual, a excepción de algunos grandes que pueden permitirse cualquier cosa, como por ejemplo Matías Prats. Otros personajes de similar trayectoria y credibilidad, como Pedro Piqueras, optan por el modelo busto parlante y no digamos ya en las televisiones públicas, una comunicación a priori aséptica de la información que puede llegar a ser monótona y aburrida.
Parece evidente que son los programas de información más ligera los que se prestan a personalidades más abiertas y naturales, segmentos como la información metereológica o los deportes permiten que los periodistas que las comentan se suelten frente a la cámara, den sus propias opiniones y arriesguen con contenidos paralelos que doten de diferenciación a su presencia en la pantalla. Así es como las nuevas cadenas en abierto intentan conquistar a la audiencia, con ofertas diferentes, con un diálogo presente en un formato típicamente unidireccional y con un traslado a los medios sociales que permita al nuevo espectador sentirse más cercano, no solo a la información que le interesa, también a quienes la transmiten.
¿Es esto algo que todas las cadenas puedan permitirse? O mejor dicho ¿es algo que cualquier presentador de informativos puede hacer? ¿O debe esperar a tener una credibilidad, una imagen, para soltarse la melena? ¿Resulta más creible un busto parlante-ojo, que normalmente son ellos quienes escriben lo que luego leen-que un presentador colega?
Creo que en tu análisis falta algo fundamental:
La línea editorial y el contenido, y lo que les dejen hacer. Mayoritariamente ese trabajo lo suele decidir el director de informativos y la dirección de cadena, y los editores bajo su supervisión.
Así que lo que tenemos son bustos parlantes de textos retocados u escritos en base a lo que les dan. Salvo ilustres tipo: Iñaqui Gabilondo, Hermann Tertsch, Ana Samboal y poco más.
No existe opinión, y no porque no tengan su credibilidad, o no tengan opinión propia. Simplemente es que no es el formato de la cadena, no es del atrevimiento de la dirección, de los dueños, y obviamente nadie pierde el juicio para saltarse el guión dictado desde arriba.
Ya me gustaría ver un informativo hecho desde arriba por Marta Fernández, seguro que el cambio sería sustancial, y el continuo plagio de El Caso en el que convierten su informativo de vez en cuando, no lo sería, y tendríamos un sello personal mucho más enriquecedor.
Por supuesto, y suponiendo de que quienes nos dan las noticias hoy día tengan la capacidad para crear su sello personal, yo, por ejemplo no me veo a Ana Blanco capaz de crear opinión y tener estilo propio.
Pero no, nada de eso lo vemos ni veremos, entre otras cuestiones por el gran cruce de intereses que hay, ¿nos podemos imaginar una línea crítica al gobierno ZP por parte de Telecinco? Pues imaginar sí, pero verla jamás, porque es clarísimo de que no pondrán su fusión con Cuatro en riesgo, y así podríamos sacar casos y referencias con todas las cadenas privadas, ya sean de nuevo cuño o del viejo, relacionadas con el gobierno central o con uno autonómico.
Las cosas son así, y la opinión solo se la permiten a muy pocos, y obviamente dentro del juego de la cadena. Libertad e independencia total, en ninguno de los casos.
Así pues, vernos un informativo de sello personal, independiente, y que funcione por obra y creatividad de su presentador/presentadora por desgracia no lo veremos en décadas, y ni con esas.
Saludos, De Paso (por otro lugar JL)