Tremendo además, y muy previsible. El especial de los mineros chilenos que emitía ayer Antena 3 en el prime time logró a duras penas pasar del medio millón de espectadores, lo que representa un share del 4,9%, absolutamente inaceptable para la cadena y por debajo de todas las ofertas de la competencia, incluidos Cuatro y La Sexta.
Yo soy de las personas que entendieron hasta cierto punto el «show» del día del rescate, como dije en su momento, era como estar viviendo una aventura, un reality show con final feliz, pero con la tensión de no saber a ciencia cierta si todo saldría bien hasta el final. No entendí que se desplazaran tantísimos medios al lugar del rescate, pero si la expectación. Sin embargo, creo que hasta ahí llegaba el interés de los espectadores.
¿Qué podía ofrecer de interesante el relato de los protagonistas de esta historia una semana después? Casi nada. Ya sabemos que sus condiciones laborales son muy malas, aparte de tremendamente peligrosas. También sabemos que en sus días de encierro habrán pasado miedo y habrán echado de menos a sus familiares y amigos y que, por supuesto, volverán a la mina si otras oportunidades laborales mejores no lo impiden. Lo sabemos todo y lo que no sabemos lo suponemos o no nos importa. Quizá el único morbo de parte de la audiencia pudiera residir en conocer cómo acabó la historia (aún no sé si real o ficticia) de aquel minero que había pedido a su mujer y su amante que se reunieran con él a la salida de la mina, en cualquier caso, carne de Diario y no de un especial en prime time.
Es importante para los medios saber dónde está la noticia, pero más importante aun es reconocer cuando una noticia deja de ser historia y saber retirarse a tiempo, para no perder precisamente eso, el tiempo, y también dinero. Dos días después del rescate de los mineros, no eran pocas las informaciones que hablaban del periplo televisivo que estaban a punto de comenzar algunos de los protagonistas y cómo los familiares que ejercían de representantes pedían cantidades de dinero astronómicas. No quiero ni pensar cuánto le habrá costado entonces a Antena 3 traerse a estos tres señores, que seguramente no habrán venido en clase turista.
Con errores como estos, una cadena puede cargarse toda la ventaja semanal que su juegucito del corre que te pillo con Telecinco le haya otorgado esta semana y la que viene.
Y a mi que me queda la duda de que si esto mismo lo hubiera hecho Telecinco, serían capaces de ser líderes de audiencia esa noche…