Ya me alegré hace unos días de la buena audiencia que Los Tudor estaba teniendo en TVE, demostrando que los espectadores españoles no somos tan borreguiles como a veces parece y que, en no pocas ocasiones, la dificultad para enganchar a la audiencia está más relacionada con los cortes publicitarios que con los gustos reales de los espectadores.
Y hoy es otro de esos días en los que recuperó la confianza en la sociedad, porque ayer la película morbosa de Telecinco sobre el accidente de Spanair solo logró un 11% de share, por detrás de Comando Actualidad y la película de Antena 3.
Tremendo chasco el que se han debido llevar en la cadena, porque la producción de esta mini-serie no ha debido ser barata y seguramente pensarían llevarse a la audiencia de calle, a la vista de lo mucho que gusta en este país ver a la gente destrozándose unos a otros y sufrir. Sin embargo, no es lo mismo entretenerse viendo a personajes televisivos gritar, llorar y contar sus dramas personales, que rememorar una tragedia de verdad, un accidente imprevisible en el que ha muerto gente y con quienes nos podemos identificar fácilmente, porque son gente como nosotros.
Sobre la entrega concreta de la serie, pues no hay mucho que decir, un producto correcto que no merece mucho más comentario. En Telecinco afirmaban que sería muy respetuoso con las víctimas, algo que dependerá de cual sea el concepto de respeto que uno tenga, pues estar viendo a personajes basados en gente real que ha muerto trágicamente en un accidente me parece tremendamente delicado, incluso el tratamiento que se hace de quienes sobrevivieron, por muy tímido que sea, no deja de mostrar a personas anónimas de verdad, gente que nunca querría haber protagonizado una sola línea de información de actualidad, mucho menos parte de un guión. Si por respeto se entiende que no iban a salir agonizando, destrozados o medio muertos en pantalla, solo se me ocurre decir una cosa ¡faltaría más!
La semana que viene (supongo, porque no he podido comprobarlo) tendremos la segunda entrega de esta mini-serie que probablemente tenga más éxito en su periplo internacional del que ha tenido en nuestras pantallas.
Bravo por nosotros!!!