Todo el día sin postear cogiendo fuerzas para ver el nuevo programa de Telecinco, sabía que me haría falta.
Empieza la acción y vemos como la cámara nos da un paseo por la casa en la que convivirán las joyas con dientes que protagonizan este reality. Una casa con apariencia de lujo y glamour pero bastante cutrelux, sobre todo cuando observamos que no hay alfombras pero, como dice la Lomana, es muy televisiva.
Las piezas, las típicas de un programa de estas características: mucho tatuaje, jovencitas con poca ropa y mucho maquillaje, estampados de leopardo, oros, chuletillas de playa. Todas ellas muy orgullosas de su condición pero luego se vuelven loquitas cuando ven a Carmen Lomana, le hacen la pelota y la catalogan de referente en sus vidas. Ellos, no podrían estar más sobreactuados. Veladamente me acuerdo de aquel otro programa de Telecinco que enfrentaba a listos muy feos con guapos bastante limitaditos y a algunos momentos de Supermodelo.
El formato peca de muchos de los defectos de estos programas que, al mismo tiempo, parecen ser clave en su éxito, como la cansina repetición de los mismos montajes de entrada y salida de cada segmento, logrando que te aprendas de memoria lo que allí se ve, cansino hasta aburrir, no entiendo estos ganchos. Sin embargo han logrado presentar a los concursantes de una forma más amena y dinámica de lo que suele ser habitual en las primeras entregas de realities, entrando rápido en materia gracias a la buena idea de meterlos en la casa unos días antes del estreno del programa.
El peso de Carmen Lomana no es tan grande como podía parecer, dejando que el resto de profesores tengan protagonismo y aburran en igual medida, aunque agradezco enormemente que, al menos en este primer programa, no se hayan convertido en odiosas señoritas Rottenmeier que buscan protagonismo maltratando y gritando a los alumnos, salvo el eterno Josemi Rodriguez Sieiro, que interpreta un papel que en este programa desentona, precisamente por lo arisco.
El programa tiene nominados pero no acuden a la audiencia para la decisión final, al menos no lo han hecho en este primer programa y no parece que vayan a hacerlo en próximas entregas. Por el contrario, son los profesores quienes eligen a los cuatro peores, Carmen Lomana salva a dos y una prueba de preguntas y respuestas acaba con uno de los concursantes de vuelta a casa.
Y desde el punto de vista sociológico, también me surgen dudas, sobre todo de como afectará a estos chavales su paso por el programa una vez estén de vuelta en su barrio, en su pueblo, con sus amigos de siempre, que los aceptan como son y que probablemente no les quieran ver convertidos en señoritos pijos que ni representan lo que realmente son ni encajan más con ellos. Es como la duda que siempre he tenido en programas tipo Esta casa era una ruina, donde construyen casas de ensueño para familias con sueldos muy limitados y que difícilmente podrán mantener una piscina o un jardín en condiciones como los que adornan algunas de las fincas en las que trabajan. Pero claro, a las cadenas esto les importa más bien poco, pues una vez terminado el programa, sus protagonistas no interesan más que para colaborar en algún otro programa, hacer unos cuantos enfrentamientos feos para subir audiencia y poco más.
Y todo por un premio final de tan solo 20,000 euros, que debe ser por eso de que la gente fina no habla de dinero.
Puf… hay que tener valor para tragarse eso xD