Dos noticias esta semana hacen tambalear los cimientos de los programas concurso de talentos en televisión. De una parte, el incumplimiento por parte del Atlético de Madrid de su compromiso con Cuatro para incorporar al ganador del programa Cracks en su pretemporada. La clasificación del equipo para la Europa League ha hecho que esta pretemporada sea cancelada y por tanto Iván Ruiz se ha quedado sin premio. Por otra parte, Juancho Lanchares, ganador de El aprendiz, también se ha quedado sin premio y ha denunciado a la productora Grundy tras no haber recibido propuesta alguna por parte de la empresa que dirige Lluis Bassat, oferta que se anunciaba como premio final del concurso.

Es evidente que muchas de las personas que participan en estos programas lo hacen sencillamente por la experiencia o por el escaparate que significa salir en televisión nacional, pero no es menos cierto que dejarles sin premio es un grave incumplimiento de contrato y además un problema para la credibilidad de la televisión, que con estos programas pretende demostrar que hay algo más aparte de realities de vagos y vividores y que se puede hacer televisión con gente de valía, profesional y por un premio que realmente sea motivador al margen de un buen puñado de dinero.

Tanto en un concurso como en el otro, quienes finalmente no han ofrecido el premio correspondiente no son las cadenas, sino empresas independientes que nada tienen que ver con la productora del programa ni el canal que lo emite pero, son responsables en última instancia de que ese premio se otorgue, pues existe un acuerdo con las productoras para que así sea. Es por supuesto responsabilidad de Cuatro y La Sexta exigir a las productoras de los programas que esto se cumpla, como lo es de ellas exigirlo a sus colaboradores, en este caso el Atlético de Madrid y Lluis Bassat.