El fútbol no es uno de los deportes más populares en EE.UU., sin embargo son varias las cadenas que luchan cada año por los derechos de las competiciones futbiolísticas más importantes, principalmente ESPN y Fox Sports. En esta lucha de dos grandes corporaciones por unos derechos deportivos, los beneficios económicos no son lo más importantes, como ellos mismos han reconocido, aunque no hayan entrado en cifras.
La emisión por parte de Fox Sports de la final de la Champions League fue una gran apuesta de la cadena, especialmente cuando el partido pasó a emitirse directamente en Fox, el canal principal del conglomerado y no el temático deportivo. Sin embargo, los datos de audiencia fueron aparentemente pobres, apenas un poco más del millón de espectadores. Sin embargo, esos datos eran los previstos y llegar a los dos millones hubiera sido un gran éxito. El hecho de que los equipos que llegaron a la final no fueran de los más conocidos en el país también restó interés al partido, que seguramente hubiera logrado datos mucho mejores de haber contado con Real Madrid, Barcelona o Manchester United entre sus finalistas.
Con la final del mundial ha ocurrido algo similar. Los datos han sido mucho más relevantes, logrando reunir a casi 25 millones de americanos para el partido, pero ni la ABC ni ESPN han logrado cubrir los gastos. Pero todos están contentos. Convertirse en la cadena referente del fútbol en un país en el que ese deporte sigue siendo minoritario, pero donde se espera un crecimiento del interés año a año, es importante. Supone trabajar sobre tu imagen de marca y arrastrar unas audiencias que probablemente luego se queden en tu canal viendo otras cosas, construyendo así sobre esta base un futuro mejor para los ingresos que se perciben por otras franjas de la parrilla.
En Telecinco es posible que haya ocurrido algo parecido, al menos eso se pensaba cuando España aún no había ganado el mundial y algunos afirmaban que este tipo de eventos no construyen nada, extrañas declaraciones de quienes han tenido la Champions durante años. La inversión hecha por la cadena para emitir unos partidos que, aun siendo líderes de audiencia, no lograban obtener beneficios suficientes de la publicidad emitida en sus cortes comerciales, parecía que no iba a cubrirse. Ahora que nuestro equipo ha ganado y que nuestro capitán ha dado la vuelta al mundo con el beso más famoso de la televisión, la cosa ha cambiado y nadie en Telecinco podrá arrepentirse de haber gastado tanto en momentos de contención.
La televisión se construye sobre dos tipos de programas: los que dan audiencia y los que construyen marca. Los primeros son los más importantes porque necesitan ser los suficientes como para poder sostener el negocio pero sin los segundos también se pierde dinero, porque una cadena sin personalidad es una cadena difícil de vender.
Me gustó mucho la reflexión, pero sobre todo el último párrafo donde resumes la clave de la apuesta por una imagen de marca.
Se me ocurre, un tanto de lejos, también el ejemplo de Cuatro, quienes también apostaron de alguna manera en una imagen de marca con un contenido muy concreto.