Las televisiones, por ley, no pueden mostrar los rostros de los menores de edad en sus emisiones, salvo casos muy particulares, todos ellos con un contrato de cesión de derechos por parte de sus padres. Esto hace que algunas retransmisiones de televisión rocen el ridículo, al conectar con playas, calles o lugares públicos en los que, no solo hay menores de edad simplemente porque pasan por allí, es que hay madres y padres que toman a sus hijos en brazos para acercarse a los presentadores y garantizarse su minutito de gloria. ¿Es esto sancionable? No parece lógico que así sea, pero no son pocas las veces que hemos visto a conductores de programas en directo pedir una rápida desconexión a sus colaboradores porque hay niños en pantalla. Personalmente, estoy convencida de que es una pose.
Del mismo modo, estoy convencida de que es puro teatro el hecho de mostrar las portadas de las revistas del corazón en las que salen menores con las caras de los niños pixeladas, otro sinsentido cuando son los propios padres los que, voluntariamente, incluso previo pago y contrato de exclusividad, muestran al mundo entero a sus pequeños, sin ningún pudor y sin reclamación de privacidad alguna.
Me acuerdo que durante la carrera de periodismo nos dijeron que si se está en un sitio público te pueden grabar y sacar fotos sin tu consentimiento. La Ley dirá que las cadenas de televisión no pueden pero cuando salen imágenes de playas o celebraciones, yo veo los niños sin ningún píxel en la cara.
El tema de las revistas… ¿por qué sólo se aplica a los niños de famosos españoles? Porque, por ejemplo, cuando sacan al hijo de Matthew MacCounaghey (joe, he elegido al del apellido más difícil) bien que se le ve la cara.