TVE está en proceso de revisar su libro de estilo y en el proceso han aparecido cuestiones muy de actualidad en los últimos tiempos, como es el caso de las ruedas de prensa sin preguntas, algo que hace tiempo llevan a cabo algunos políticos o personajes relevantes de la sociedad y que enfurece a los periodistas, por considerar que para eso no merece la pena convocarles. Es por ello que, a partir de ahora, informarán de qué ruedas de prensa son bidireccionales y cuales una mera charla del político o personaje en cuestión.
Junto con ello me llama la atención otra de las decisiones que han tomado y que afirma que «no se difundirá la señal en directo de acontecimientos que sea proporcionada por entidades interesadas», algo que enlaza directamente con la cuestión anterior y que me hace plantearme si las retransmisiones deportivas desaparecerán entonces de la programación de TVE, toda vez que partidos como los del mundial, por poner el ejemplo más actual, es una señal de la FIFA proporcionada por la propia FIFA, entidad interesada en el evento más que ninguna otra. El equivalente en TVE serían las retransmisiones de la Champions League, que proporciona un organismo independiente e interesado como la UEFA. Obviamente, TVE no se refiere a este tipo de retransmisiones sino a cuestiones más políticas pero, en su afán por adornarlo, ha terminado diciendo una tontería.
En este órden de cosas, también TVE ha salido al paso de algunas críticas afirmando que es coherente que los miembros del gobierno de España aparezcan más en televisión que otras formaciones políticas, algo con lo que estoy de acuerdo, siempre y cuando sean miembros del gobierno que ejercen como parte del ejecutivo, no cualquier miembro del partido que gobierna, que aunque pueda parecerlo no es lo mismo y, más importante aún, siempre y cuando esta presencia esté ligada a su trabajo como gobernante y no a otras cuestiones de dudosa compatibilidad con el cargo, como la aparición de la ministra de cultura en un programa de cine de la televisión pública hablando de sus intereses privados y absolutamente comerciales.
Dirigir los informativos de una televisión pública es uno de los trabajos más complicados que hay en el medio, si quieres hacerlo bien, claro, pero ningún libro de estilo con frases grandilocuentes y principios generalistas puede sustituir al más elemental sentido común.