Yo entiendo que la televisión es espectáculo y siempre he defendido que las cosas, si son buenas para el espectáculo y no sobrepasan determinadas líneas, son bienvenidas y parte del show business pero, a veces, resulta muy cansado que cadenas como Telecinco vivan exclusivamente del pique entre distintos protagonistas.
Lo vemos a diario en programas como Sálvame, Más que baile, El programa de Ana Rosa o La noria, formatos que viven esencialmente de ello pero, cuando para sobrevivir se necesita alimentar piques y roces entre los profesionales que participan en los programas, la cosa adquiere un nuevo cariz que no me gusta nada.
En este caso estoy hablando de Supervivientes y la campaña contra Eva Gonzalez que, desde que Jesús Vázquez lanzará su primera piedra hablando de cuánto echaba de menos a Mario Picazo y otras perlas machistas, no ha hecho más que crecer.
No he tenido oportunidad de ver a Eva todavía en el programa, pero si la he visto anteriormente en otros formatos y me consta que es una presentadora desenfadada, natural y muy capaz. También es cierto que los presentadores de televisión, como cualquier otro personaje popular, tienen la capacidad de caer muy bien o muy mal a partes casi iguales y por exactamente los mismos motivos, así que la subjetividad se da por sentada en este tipo de opiniones.
La cuestión es que, con sus fans y sus detractores, un presentador de televisión necesita desde el primer momento el apoyo de la cadena para la que trabaja y preferentemente de sus compañeros de cadena. Si en lugar de tener esto, el presentador se enfrenta un nuevo proyecto al mismo tiempo que, no solo en su programa, sino en el resto de programas de la cadena, el resto de colaboradores y profesionales no hacen más que poner en duda su capacidad para llevar adelante el proyecto, el trabajo se convierte en un castigo, las fuerzas flaquean y el día a día se vuelve aún más difícil. Si encima el programa se llama Supervivientes y el equipo en la isla las pasa casi tan canutas como los propios concursantes, la cosa es aún más sangrante.
Y todo esto es lo que están haciendo con Eva Gonzalez, primero quién más debería apoyarla, su compañero en el programa Jesús Vazquez, y después un Mario Picazo que ya ha pasado por allí y que, con un evidente ataque de celos por no estar este año en el programa, no deja de pasearse por lo medios haciendo como que habla bien de Eva para soltar perlas como «lo hace lo mejor que puede, dentro de su registro». Hace un rato ha estado en El programa de Ana Rosa intentando matizar este titular, pero no ha hecho sino reforzar su posición.
Todo esto es muy feo y, sobre todo, cansino. Además, no parece estar dando sus frutos en términos de audiencia, pues cada semana Gran Reserva de La1 se lleva la audiencia del jueves. ¿Hasta donde llegarán en Telecinco para intentar atraer a la audiencia?
Más cansino que Jesus Vázquez con su «guayismo» (de guay) no lo hay, y por lo visto encanta a casi todo el mundo… Ellos verán, pero criticar a un compañero con el que compartes cadena es bastante lamentable.