Dos programas en la parrilla televisiva actual podrían perfectamente haber sido rescatados de la videoteca de TVE en la sección años 70/80.

Uno de ellos, La mañana de Mariló Montero y compañía, un programa claramente dirigido a un sector de la población de cierta edad, tranquilo, al que no le gustan los gritos y solo busca una cara amable que le entretenga a diario. Y La mañana cumple esta función, con una presentadora de carácter y al mismo tiempo maternal que lo mismo da paso a las noticias del día que aconseja sobre la dieta o los más habituales problemas de salud. A veces no entiendo por qué todo el equipo tiene que ir juntito a la entrada de cada segmento, en lo que parece una práctica universitaria, pero a la gente no parece importarle y cada mañana alrededor de medio millón de personas sintonizan el programa.

Y luego está lo nuevo de Gloria Serra, esta cosa que se llama 3D y que, para empezar, ha convertido Tal Cual en una nueva versión del tomate, o más concretamente de su predecesor Mamma mía. Apenas he tenido tiempo de ver con atención esta nueva oferta de Antena 3, pero si puedo decir una cosa, es como haber retrocedido en el tiempo veinte años, con lo bueno y lo malo que eso significa. Malo: que no hay nada novedoso, diferente, que lo más arriesgado que tiene el programa son los rótulos, más parecidos a coloridos titulares de una revista que al clásico televisivo. Lo bueno: que es un programa tranquilo, que ha optado por competir con otro estilo, aunque suene ridículo escuchar a Gloria Serra escandalizarse al oir la palabra culo cuando ha pasado tanto tiempo en La Noria.

Cualquiera de estos dos programas se caracteriza por su estilo anticuado, uno que quizá sea necesario en nuestra televisión, tan dada a lograr audiencias a base de un frenético ritmo de descalificaciones y desinformaciones, aunque por el momento la audiencia siga decantándose por esto último.

En manos de las cadenas está luchar por animar a los espectadores a cambiar de ciclo liderando el proceso o seguir a la masa. Ojalá sea lo primero, aunque hoy por hoy nos resulte taaaaaan aburrido.